La Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua sigue de pie
El domingo 12 de febrero pasado se reunió en Montevideo, en el complejo del sindicato SUTEL (telefónicos), la 77a Asamblea Nacional de FUCVAM, Federación Uruguaya de Cooperativas de Vivienda por Ayuda Mutua. Se trató de una Asamblea de celebración: después de años de lucha se conquistó la rebaja de los intereses para los préstamos estatales para las cooperativas del 5,25 % al 2%, que en realidad es el monto establecido por ley y que, ni la dictadura ni los gobiernos democráticos posteriores reconocieron.
Esto último incluye al Frente Amplio que en el año 2008 establece la Reglamentación 2008 que fija, luego de muchas discusiones y desavenencias con FUCVAM el monto de 5, 25%.
Cooperativas por ayuda mutua
El cooperativismo de vivienda por ayuda mutua representa una experiencia valiosa y peculiar del movimiento popular uruguayo que vale la pena conocer.
En primer lugar se trata de una posibilidad de acceder a la vivienda para una pareja joven sin tener ningún ahorro previo. Tanto el valor del terreno como el de la construcción provienen de un préstamo otorgado por el Banco Hipotecario, pero de una manera peculiar. Los jóvenes que integran la cooperativa aportan su trabajo, su esfuerzo personal, para la construcción de la vivienda. En el período de construcción deben aportar una cantidad establecida de horas de trabajo diario, cuyo valor se integra al capital social que representará cada vivienda terminada.
En segundo lugar se trata de una propiedad colectiva (no individual). El trabajador y su núcleo familiar son socios de la propiedad colectiva de la cooperativa que incluyen no sólo la vivienda que ocupan sino todas las construcciones del predio entre las que destacan el Salón Comunal, las canchas y espacios deportivos de esparcimientos, los salones para negocios, en muchos casos la Guardería, etc. Cuando un trabajador se retira de la cooperativa se le reintegra todo el capital social acumulado aportado.
Todo el proceso de diseño y construcción del barrio es supervisado por institutos técnicos, contratados por la cooperativa, que aportan sus arquitectos e ingenieros para dirigir la obra.
Este sistema de ayuda mutua instituye desde el vamos una modalidad de acción social colectiva. La cooperativa tiene sus organismos de conducción en los Consejos Directivos, Comisiones Fiscales, Comisiones de Fomentos que se eligen periódicamente y rinden cuentas en las Asambleas. Los socios tiene la obligación de concurrir a las Asambleas, en particular a la Asamblea de Memoria y Balance donde todos los integrantes tienen la oportunidad de controlar las finanzas de la cooperativa.
Probablemente esta impronta de acción colectiva es la que muy pronto, luego del golpe de estado de 1973, contribuyó a que las cooperativas de ayuda mutua se transformaran en un bastión en la lucha contra la dictadura. En el propio nombre de muchas de las cooperativas iniciales se descubre su vinculación con el movimiento sindical: COVISAG (Cooperativa de Vivienda del Sindicato de Artes Gráficas), COVISUNCA (Cooperativa de vivienda del Sindicato Unico de la Construcción), COVISAP (Cooperativa de Vivienda de Salud Pública). Desde su propio origen, el cooperativismo de vivienda por ayuda mutua estuvo íntimamente entrelazado con las luchas del movimiento sindical.
Por eso FUCVAM muy tempranamente integró con el novel PIT-CNT (continuidad de la vieja CNT) y con la FEUU (estudiantes) la Intersocial que combatió a la dictadura y, ya en democracia, se movilizó permanentemente hasta lograr contribuir a la implantación de un gobierno popular frenteamplista en el 2004.
Las “huelgas de no pago”: un invento uruguayo
FUCVAM, primero contra la dictadura y luego contra los gobiernos democráticos posteriores, introdujo una modalidad de lucha peculiar: la “huelga del no pago”. Contra los intereses excesivos, que se apartaban de lo establecido por la ley, el cooperativismo de vivienda por ayuda mutua estableció su propia agenda de pagos, con intereses del 2%, y depositaba mes a mes en sus propias cuentas los pagos, sin acreditárselos al Banco Hipotecario.
En setiembre de 1983 se resuelve no pagar el aumento resuelto por la dictadura, luego de fundamentar por qué estaba mal calculado. La discusión en el movimiento cooperativo fue ardua. Muchos compañeros aducían que con ello nos estábamos colocando fuera de la ley y hasta que era inmoral no honrar las deudas. No obstante, la decisión democráticas de las asambleas se acató por todo el movimiento, dando una muestra de disciplina y cohesión.
En diciembre de 1983 la dictadura responde con la llamada Ley de Propiedad Horizontal que buscaba atomizar al movimiento al transformar a los cooperativistas en propietarios individuales. Con ello se pretendía presionar a cada uno para que deponga su actitud. Desalojar a barrios enteros unificados y organizados, por “malos pagadores”, era inviable, por ser casi una invitación a la revolución social. Por eso la dictadura apeló al arma tradicional de los opresores: a la división. Pero no lo consiguió. FUCVAM respondió ratificando la medida y profundizarla hasta la huelga total de pagos. Posteriormente a través de un plebiscito se rechazó la malhadada ley de propiedad horizontal. La jornada histórica de recolección de firmas del 26 de febrero de 1984 se conmemorará próximamente.
La nueva huelga de no pago
A lo largo de los años 2018 y 2019, y a través de distintas movilizaciones e instancias organizativas, como Asambleas y Plenarios, se comienza a discutir la situación de las cooperativas que se encontraban bajo las normas de la Reglamentación del 2008. Se trataba de 160 cooperativas a las que se le obligaba a pagar los intereses del 5, 25 %. Nuevamente se reeditan las viejas discusiones sobre la fuerza y viabilidad de la medida.
Finalmente, en una Asamblea Nacional del 8 de setiembre de 2019 se toma la decisión del pago unilateral de 2% de interés para estas 160 cooperativas en forma progresiva, mes a mes. Debemos aclarar que cuando hablamos de montos o intereses de los préstamos estos se refieren a una moneda estabilizada como son las Unidades Reajustables. El interés del 2% anual de los préstamos se refieren a esta unidad monetaria.
Como en las experiencias anteriores se vuelve a tensar la situación. El nuevo gobierno blanco, apoyado por una coalición variopinta de derecha, hoy hundido en el fango de la corrupción hasta las orejas, debe evaluar si le da el cuero para encarar una represión y desalojo masivo a barrios populares enteros. Por otro lado los fondos a los que se ve privado por la medida de fuerza son considerables. Sobre todo si se observa que no está dispuesto a invertir un peso en la promoción de la vivienda popular. Estas son las razones por las que el gobierno se ve obligado a transar y a respetar el 2% de interés anual, no sólo para las 160 cooperativas en cuestión, sino para todos los prestamos futuros a la vivienda cooperativa.
Se trata de un triunfo histórico del que usufructuará todo el cooperativismo de vivienda, no sólo el de ayuda mutua que implementó la medida.
La nueva Asamblea Nacional de FUCVAM tuvo un contenido vibrante. No podía ser de otra manera. Pese a una jornada agobiante de calor en una fecha por demás inconveniente el Salón de Sutel se colmó con la presencia de varios centenares de cooperativistas de todo el país. Hay 714 cooperativas de vivienda afiliadas a FUCVAM en todo el país, abarcando a todos los departamenros con la excepción de Artigas. Representan a más 30.000 familias, o sea una cifra que supera las cien mil personas. Nuevamente se puso de relieve que la lucha rinde. Que pese a todas las dificultades, superando todas las divergencias, el terreno de la unidad es la base de los triunfos.
Prácticamente por unanimidad (con alguna abstención) se aprobaron las cuatro condiciones para levantar el conflicto:
1) Repago de todas las cooperativas del movimiento al 2%.
2) Reconocimiento de los meses de amortización con el valor de la UR (unidad reajustable) de cada año sin multas ni recargos
3) Reconocimiento de los subsidios otorgados por las cooperativas durante los meses de huelga.
4) Implementación de una bipartita entre el Ministerio de Vivienda y Ordenamiento Territorial y FUCVAM que convoque a las cooperativas a los efectos de regularizar su situación.
El triunfo obtenido trasciende a FUCVAM. Se trata de uno de los triunfos populares más resonantes en esta etapa de gobierno derechista en Uruguay. Como lo señalara el documento convocante a la Asamblea Nacional: “La huelga de pago es una experiencia de doble poder bajo control de los barrios cooperativos siendo esto lo que más molesta al estado burgués… Creemos que el “mal ejemplo” que genera el no pago es lo que más les preocupa porque todo aquello que escapa al control político de la clase dominante y su “establishment” es severamente juzgado”. “Las cooperativas no sólo dejaron de pagarle al estado, lo que deberían pagar se lo depositaron a sus propias cuentas, retuvieron el dinero y se dieron mecanismos para llevar adelante la medida, al margen absoluto de toda regimentación, salvo las aprobadas por sus asambleas”.
Estos conceptos fueron explicitados por Enrique Cal y Gustavo González, Presidente y Secretario General de FUCVAM, respectivamente, en sus informes de apertura de la Asamblea, luego reafirmados por muchos compañeros. El lema central de FUCVAM, “luchar hasta vencer”, fue ratificado una vez más.