Cassandra en Buenos Aires: la profecía de la soledad en “La fragilidad de las casas”

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    La fragilidad de las casas
    Foto: Pablo Ponzinibbio
TEATRO

Cassandra en Buenos Aires: la profecía de la soledad en “La fragilidad de las casas”

21 Septiembre 2025

La obra que revisita el mito de Cassandra se despliega como un itinerario tanto íntimo como colectivo, trasladando la tragedia de la hija de Príamo y Hécuba a un escenario reconocible: una Buenos Aires posible, que hace del conflicto un espejo urbano y, al mismo tiempo, universal.

La protagonista, interpretada por la genial Victoria Almeida, afianza aquí su potencia actoral en la construcción de un mito contado desde la primera persona femenina. Como cualquier heroína clásica, conoce su riesgo, lo atraviesa y busca la mejor manera de abordarlo mediante su inteligencia emocional, dotando a la figura de Cassandra de una complejidad contemporánea que la hace próxima y reconocible.

La joven, de estética cercana al new romantic, aparece como una figura desplazada: despojada no solo de su intuición, sino también de la libertad para habitar sus deseos sin depender del afecto ajeno.

Esa carencia se convierte en motor narrativo, guiándola por distintos personajes y hogares —estaciones de una existencia en constante individuación— que delinean un mapa vital en tránsito.

La propuesta escénica se mueve con libertad estética, combinando corporalidad acrobática —una madre que se metamorfosea en movimiento—, música coral que evoca un eco contemporáneo del coro griego, y un dinamismo performático que rehuye el estatismo.

La narración y el cuerpo se entrelazan, dando forma a un flujo escénico donde el mito se reactualiza a través de la experiencia concreta y cotidiana de una mujer en la ciudad, más que por la solemnidad de la tragedia clásica.

Si en la Grecia antigua Cassandra era condenada a no ser escuchada, aquí la condena toma la forma de la soledad: un aislamiento que surge tanto de la incomprensión externa como de la pérdida de su propia voz interior.

En ese punto reside la fuerza de la obra: mostrar cómo la soledad contemporánea puede ser tan trágica como cualquier destino heroico de la antigüedad.

El artificio teatral remite a Cortázar: lo mítico emerge en lo cotidiano, lo extraordinario se inscribe en el pulso urbano y en la vida corriente de una mujer que encarna una Cassandra posible en nuestros días.

La actualización no banaliza el mito; lo devuelve a su esencia: interpelar al espectador desde un lugar cercano y reconocible, recordándonos que las profecías y las tragedias clásicas pueden resonar con intensidad en la vida contemporánea.

La fragilidad de las casas despliega un entramado coral que sigue los pasos de Casandra a través de las casas en las que vivió. Cada espacio se convierte en una puerta hacia sus vínculos fallidos, tropiezos amorosos, malas decisiones y huellas que construyen su identidad. ¿Cómo aprendimos a amar y qué estamos dispuestos a desaprender?