José Sacristán: “La labor del intelectual es procurar que su trabajo sea de alguna utilidad”
José Sacristán seguirá presentando durante septiembre en Buenos Aires el unipersonal basado en la novela Señora de rojo sobre fondo gris, del escritor español Miguel Delibes. Se trata de un monólogo que también lo llevará de gira por diversos teatros de nuestro país.
Tiene unos pocos minutos para conversar con el cronista. Al principio da la sensación de ser un hombre duro, nervioso. Que en cualquier momento se levantará y se marchará. Pero es sólo eso, una impresión.
El hombre cambia los gestos y la compostura cuando habla de Antonio Machado, de sus amigos escritores, de su vínculo siempre vigente con la Argentina.
En España tuvo un éxito “de la hostia” con la obra de teatro sobre El Quijote de La Mancha y representó en un teatro de Madrid al eterno Willy Loman de La muerte de un viajante de Arthur Miller.
Para muchos argentinos será, para siempre, el personaje central de Asignatura pendiente y Solos en la madrugada. En este último filme su monólogo frente al micrófono de radio diciendo “no nos pasaremos otros 40 años hablando de los 40 años” y fue todo un símbolo para los argentinos. Cuarenta años duró la dictadura de Franco y siete la de las juntas militares en la Argentina.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo ve el vínculo actual entre los actores y la industria del cine?
José Sacristán: La infraestructura industrial en el cine de España no acaba de ser lo que hubiera sido de desear desde hace ya mucho tiempo. Cuando el cine dejó de ser el espectáculo rey. Fuimos dependiendo, sucesivamente de los créditos, según la política de la administración de turno y ahora se depende de las televisiones.
La televisión más el apoyo de la comunidad autónoma, más el subsidio, pero no existe, salvo dos o tres casos, de una cierta continuidad, una figura de un productor como Andrés Vicente Gómez o el grupo Prisa que edita el diario El País. Entonces la relación, la ley de oferta y demanda en la que nos movemos los actores es la de siempre: te llaman, no te llaman.
Abunda el trabajo en cooperativa pero se mueven en base a una no existencia de una infraestructura industrial.
APU: ¿Qué cosas cambiaron para los trabajadores de la cultura a partir del avance de la derecha en todas sus formas?
J.S.: Nada. Hay un talante, hay algo que genera la izquierda, una sensibilidad me atrevo a decir que nunca se vio en la derecha. Pero como la derecha no es tonta y después de las estupideces que cometió el PSOE en los últimos años de gobierno, algunas de esas estupideces de muy grueso calibre, los de la derecha hacen más coincidentes sus supuestos ideológicos con los supuestos de la cultura, en cuestiones de matiz sí se nota.
APU: ¿Por ejemplo?
J.S.: Los matices son difíciles de señalar. Pues el espíritu que mueve ciertas actividades culturales, el criterio, las personas que lo conducen, en eso sí se nota pero en términos generales no se puede decir que el cambio fue radical para peor.
“A la izquierda de España nadie le ha hecho más daño que ella así misma”.
APU:¿Y para el pensamiento de izquierda en España es difícil posicionarse ante “la buena letra” de la derecha en política?
J.S.: Pero la dificultad la tiene la izquierda en sí misma. La derecha no tiene enemigo. Si la izquierda no tiene voz es porque se ha quedado muda ella sola. A la izquierda de España nadie le ha hecho más daño que ella así misma. Aquí hay que romperse la crisma y empezar de nuevo.
APU:¿Cómo ve usted este corrimiento de la sociedad española en votar al PP?
J.S.: No había la menor garantía en los socialistas. No había la menor confianza y tenían toda la razón. La imagen política del PSOE en los últimos años es penosa.
APU: ¿Usted confía que en el futuro puede haber un pensamiento crítico, que reivindique ciertos valores que durante muchos años se ha reivindicado?
J.S.: Confío. De todas maneras la marcha que lleva la Europa a la que pertenece mi país es una Europa de mercaderes, vacía de contenido humano, humanístico, y lo que si conviene hacer y de hecho habrá que insistir en ello desde posiciones de izquierda es al menos la vigilancia, el cuidado de que todo no se impregne, no se empape de cierto economicismo.
Hay una concepción del mundo que pasa por asumir la regiduría de EE.UU y no tienen enemigos.
APU: Se han convertido en un gendarme o policía que nos dicen que es bueno o malo hacer.
J.S.: Pero por qué se ha convertido en policía. Dónde están los niveles de responsabilidad que habría que exigirles a los soviéticos, a los del Muro de Berlín, la izquierda en general. Qué hizo la izquierda ante este tiempo. Otra vez vamos a estar como víctimas. Que nos ha podido el imperio. No, nos hemos dejado ganar. Por contradicciones, por incoherencias, por improcedencias, por ridículos, por corrupción de la propia izquierda.
El arte, el oxígeno
APU: Tanto en literatura y teatro España tiene una gran tradición teatral. ¿Cómo ve la experimentación en lo artístico, en el encuentro de nuevos dramaturgos?
J.S.: Muy mal. No existen, no hay. Autores jóvenes no digo que no haya pero en salas alternativas sí se manifiestan y no puede decirse que haya un rejuvenecer de la producción.
APU: Y esa chatura que se advierte ¿usted a qué la debe?
J.S.: El talento no se improvisa. El caldo de cultivo con el que se mueve el hombre de teatro hoy en España lo pagan muy mal. Es preferible escribir artículos o dedicarse a otra disciplina literaria que no sea el teatro y por otra parte el teatro es una cosa para minorías ya decididamente, no sólo en España, en el mundo entero, salvo los espectáculos musicales de Broadway o de Londres.
El peor programa de TV o la peor de las obras o la peor de las cadenas la ven millones de personas y en Madrid en un momento dado puede contar con 40 ó 50 espectadores, no más.
APU: Qué extraño que en períodos de crisis florezcan estos fenómenos.
J.S.: Es que no hay crisis. El tipo de crisis que existe en España no es crisis, la gente vive de puta madre y ese es el problema. La gente vive bien. La crisis ideológica la provocó el franquismo pero yo no quiero que vuelva aquello para que se hagan buenas obras de teatro.
El hecho teatral ¿qué incidencia tiene en la sociedad en la que vivimos? Nosotros porque lo vemos desde nuestra perspectiva pero ya la gente tiene en sus casas formas de entretenimiento.
Lo que sí es cierto es que el encuentro, el rito, la ceremonia, eso se va a seguir celebrando. Y de hecho el teatro sobrevive y ahí seguimos y yo aconsejo que se haga una andadura desde la humildad.
En cuanto a supuestos transformadores de la sociedad, en cuanto a incidir en el modelo de pensamiento, somos trabajadores, nos ganamos la vida con esto y a hacerlo bien y punto.
“Tengo un autor de cabecera que es don Antonio Machado. Es un compañero de viaje permanente”.
APU: ¿A qué apuesta el artista hoy cuando se levanta por las mañanas?
J.S.: Tiene que ser un hombre de su tiempo y luego hacer bien su trabajo y su oficio. Porque en España afortunadamente no hay que subir a un escenario para denunciar cosas. La política se resuelve en el plano de lo político, en sus foros y dentro de unas reglas del juego que respetan lo que se da en llamar el estado de derecho.
La labor del intelectual es procurar que sea de alguna utilidad su trabajo, defender unos valores pero con la mayor sencillez y la mayor humildad posible, porque de lo contrario se va a llevar unos chascos sorprendentes.
No modificamos la historia y lo que más podemos hacer es contribuir, desde luego, a que las relaciones entre los humanos sean mejores, más dignas, más hermosas.
APU: ¿Cuál es su vínculo con la escritura, con la literatura, con la poesía en particular?
J.S.: He escrito cosas. He escrito tres guiones, dirigí tres películas, en borrador y cuartillas escribí poemas.
APU: ¿Nunca quiso publicarlos?
J.S.: No. Sé que lo hago mal, cuando leo otras cosas digo para qué coño, me molesta publicar esto, lo mío es una basura.
APU: Pero siempre tuvo un vínculo muy fuerte con la escritura.
J.S.: O con la lectura. Con la escritura no tanto.
APU: ¿De esas primeras lecturas hoy recurre a ellas, a qué autores relee?
J.S.: Tengo un autor de cabecera que es don Antonio Machado. Es un compañero de viaje permanente.
APU: Los autores que hoy surgen en España tanto en novela como en poesía, a usted le llaman la atención.
J.S.: Son amigos míos además, hay gente muy interesante, Eduardo Mendoza, Juan Marsé…
APU: ¿Por qué es tan especial su vínculo con la Argentina?
J.S.: Sé que tengo aquí un buen lugar en el mundo. Tengo muy buenos amigos, me hacen ofertas de trabajo, he tenido una relación personal con una mujer de este país, tengo montones de vínculos con este país desde el año 1963 y desde 1983 cuando vinimos con la semana de cine español hasta hoy no sólo no se interrumpió, sino que sigue creciendo.