Lisandro Carcavallo: “Cemento era un espacio cultural y eso fue gracias a Katja y Omar”
El realizador y director del documental Cemento. El primer germen de la democracia, Lisandro Carcavallo conversó con Agencia Paco Urondo sobre la importancia de la recuperación de estos espacios que marcaron todo un hito en la cultura rock argentina.
Agencia Paco Urondo: ¿Es verdad que repasando entradas a distintos shows de Cemento a los que fuiste se te disparó la idea del documental?
Lisandro Carcavallo: En esa época había una búsqueda interna, ganas de hacer, de contar. Un día estaba viendo la agenda, algunos recuerdos y me di cuenta que casi todas las entradas eran de Cemento. Me pregunté ¿Y si hacemos algo con esto? y a partir de todo eso fue que se empezó a producir. Esa agenda fue el germen de lo que después fue el documental.
APU: Hay dos libros que salieron más o menos para esa época: el de Sebastián Duarte y el de Nicolás Igarzábal.
L.C.: Como que salió todo muy alineadito. Hubo un revisionismo muy simultáneo y necesario, creo que fue importantísimo. Fijate que después empezaron a hacerse un montón de docus muy copados, de diferentes lugares como el Parakultural, el del Einstein. Está buenísimo que puedan rescatar estos espacios que si no fuese por ciertos realizadores, artistas o periodistas, quedarían en el olvido, si fuera por determinación de otros.
APU: ¿Como te asociás con Alejandro Taranto, un productor reconocido en Argentina? ¿Cómo fueron encarando el trabajo del documental?
L.C.: Ale se convirtió en un grandísimo amigo, es un tipo al que celebro haber conocido. Fue una de esas personas que cuando se enteró que se estaba haciendo un documental sobre Cemento se puso a disposición. En mi investigación, a medida que iban apareciendo cosas, surgían preguntas, dudas. Muchas veces fue Ale el que aportó de alguna forma o le encontró respuesta. Finalmente, terminó siendo el productor musical junto con Aldana Aguirre. Hicieron un trabajo hermoso, no podría haber quedado mejor, la música es algo realmente fenomenal, muy destacado dentro de la peli. En estos más de cinco o seis años de amistad hemos vivido muchas cosas y para mí no solo es un referente, sino que es una persona con la que siempre tenemos charlas muy reflexivas. Es una de esas amistades que uno valora y un productor que tiene una historia fenomenal, atrás. Él sigue haciendo cosas y eso me parece que es lo más loable.
APU: Hay un archivo increíble en la película, desde el debut en Cemento de Los Redondos presentando Gulp hasta ver a Adrián Dárgelos cantando “Bailarín asesino” con Kapanga ¿Cómo han ido recopilándolo y cuánto ha quedado afuera?
L.C.: La verdad que quedó muchísimo afuera. A veces me pongo, me conecto el disco buscando cositas nuevas o algún disparador para contar. Siempre digo que con el recital de Gulp hay que hacer algo, en la peli se ve un tema, un fragmento, con toda la historia que ese show tiene detrás. Todo el mundo hablaba de la anécdota de Alfredo Rosso vestido de oso y en el documental lo ves. Cuando podés ponerle una imagen a esa memoria, ese mito, esa historia, cobra otro sentido, tiene otra dulzura.
Es recuperar parte de nuestra historia: el cine, el hecho de realizar una película como así también un libro. Es poder cuidarnos de cierto olvido que está latente y que a algunos les encantaría que fuese así. Haber recuperado, por ejemplo, cuando Katja (Alemann) entra en esa perfo, con las con las antorchas en la carroza. Es memorable. Hoy podemos disfrutar de ciertos espectáculos performáticos y ella conformó una vanguardia con Batato, La Organización Negra, fue fundamental y ver esas imágenes me parece increíble. Es importantísimo todo ese revisionismo, que haya tantas personas contando este tipo de historias me parece hermoso. Y con todo el archivo, ya veremos que hacemos.
APU: Hablabas de Los Redondos y ese mítico recital de Cemento, un material absolutamente inédito que hace, entre otras cosas, tenga la dimensión y el recuerdo en tanta gente.
L.C.: Fueron casi 20 años en donde sucedió de todo y así como está el archivo de Gulp, también podemos ver el devenir, la construcción de lo que fue Cemento. Porque están las imágenes de ese estacionamiento donde estaba todo derruido y cómo llenaron el piso con material y de golpe ver todo lo que sucedía ahí. En un momento de la peli, Sarcófago dice “Cemento nos enseñó que para hacer algo maravilloso a veces necesita nada más que luz eléctrica”.
Va más allá de las instalaciones, de las lucecitas de colores, de que todo esté bonito, tiene que ver con el cierto espíritu o con comunión entre el espacio y las personas o simplemente una cabeza viendo que puede ir todo más allá de del puro negocio. Cuando hay una apuesta, se nota, y es necesario rescatar eso, que fue una decisión hacer esa apuesta. Son muchos los artistas o los músicos que dicen “la primera vez que me fui con guita de un show o que pude alquilar un departamento o comprarme una viola fue después de tocar en Cemento”. O “no metí ni 15 personas, pero me dijeron estuvo buenísimo, vení y volvé a tocar”.
APU: Por su escenario pasó todo el rock vernáculo y también hubo números extranjeros, pero un hecho muy simpático por el por el estilo fue que se presentó la Mona Jiménez ¿Pudiste conversar con él durante la investigación?
L.C.: Teníamos todas las ganas de entrevistarlo. Hablamos con su gente, que siempre fue muy amable y con mucha buena onda. En ese momento él estaba muy mal de las cuerdas vocales y con una operación pactada. No estaba viniendo y nosotros no pudimos ir. Por eso no se hizo la nota, pero hubiese sido increíble. Es una de las que creemos que verdaderamente faltó. Deja ver algo que la peli cuenta: la amplitud, porque también tocó Damas Gratis, por ejemplo. Por lo que decía su gente y por las declaraciones que él ha hecho alguna vez, tiene grandes recuerdos de Cemento. Al principio un poco hostil, pero se los compró a todos y sucedió lo que tenía que suceder.
APU: Hablar de Cemento es, inevitablemente, hablar de Omar Chabán ¿Cómo ha sido, para vos, el tratamiento de la figura de Chabán? ¿Te cuestionaste cosas, cómo lo tomaste?
L.C.: Fue muy particular lo de Omar porque, de alguna forma, soy hijo de ese 2001 en el que todo explotó en el país. Cuando sucedió la de Cromañón todavía había resabios de esa crisis. Cuando pasó lo de la tragedia, era adolescente. Con lo cual uno siempre tuvo esa idea de Omar un tipo muy crazy, que tenía ideas muy disparatadas. Uno lee y de alguna forma también sabía que era alguien muy respetado, pero no sabía que me iba a encontrar con lo que se ve en la peli. Fueron muchos los que se emocionaron, me han llegado a decir que Omar era como su segundo padre, situaciones muy conmovedoras, fuertes. Me encontré con un cariño y un agradecimiento absoluto para con Omar, eso me sorprendió muchísimo. En la peli se preguntaba por Omar de una forma muy genuina y La vela puerca, Gaby, el manager de La Renga, dan ejemplos clarísimos.
Como empresario era respetadísimo porque no era considerado un empresario, sino un artista. Alguien que estaba del lado de los artistas, no del lado de la empresa.
Cemento era un espacio cultural y eso era gracias a Katja y Omar. No puedo decir que Omar haya sido inocente, claramente no; si coincido con lo que dice el Indio Solari, que era una granada que se pasaba de mano en mano, porque cuando pasó lo de Cromañón, cerró la noche porteña. Evidentemente, hay algo que estaba mal a nivel cultural, social y lo pagó Omar. Después, hay un montón de discusiones. Me parece que hay que poner Omar en el lugar que se merece como gestor cultural. Cromañón era su intención de darle a las bandas un lugar mejor, que era lo que reclamaban. Lo intentó y salió mal.
“Cada vez abren más Movistar Arena pero cierran más centros culturales”.
Iorio dice que es una lástima que haya querido progresar. Qué irónica, esa frase. Evidentemente se equivocó, no sé si por ingenuo, tampoco soy quien para decirlo. Pero, sin duda, no debería haber sido uno de los únicos apuntados cuando todos sabemos quiénes salieron internacionales de esa situación. A su vez, hubo muchísima gente que padeció una tragedia horrible, porque esos 194 pibes no vuelven más y podría haber sido yo, vos, nuestros primos, hermanos, amigos. En esa época, todos íbamos a recitales. Hubo un montón de familias que perdieron un pibe porque fue a escuchar música y eso no puede pasar nunca más. Chabán fue una parte responsable, no fue el máximo.
Creo que hubo muchas aristas que incidieron en el terrible desenlace. En las entrevistas, la parte de Omar era una de las más difíciles. No sabía que me iban a contestar los músicos, los productores, los artistas, y sin embargo nadie me habló mal de Omar. Obviamente, destacaban que los baños estaban hecho mierda, que había cuestiones de seguridad, pero también se destacaba el aporte y el apoyo que le daba a las bandas en una época donde el 99% de los espacios estaban en la misma condiciones o peores que Cemento. Hoy es una de las partes de la película que más rescato.
APU: El espacio que ocupaba Cemento se ha convertido en un estacionamiento del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pero se pudo abrir, entre otras cosas, para presentar tu documental ¿Qué te pasó cuando te paraste frente a toda esa multitud y leíste la carta de Raúl Villarreal?
L.C.: Me temblaba todo, tenía unos nervios. Era mi ópera prima, todo había, el proyecto había gustado, generó cierta expectativa y casi todos los que la hicimos era nuestra primera película. Cuando empezó la función, fue muy emocionante ver a personas darle besos al piso, a las paredes, padres con sus hijos. No lloro ni cuando voy a la casa de mi infancia y había gente que entraba cemento y lloraba ¿Cuánto puede despertar un espacio? Se colocó una placa, que creo es un paso más en la batalla. Hay una cuestión con respecto a las políticas en torno a ciertas memorias que presentan una ausencia terrible. A partir del 2021, 22, el Museo Histórico Nacional empezó a hacer una serie de muestras vinculadas a lo popular. Estuvo Los 80 del rock en la calle, una sobre fútbol que se llama Pasión de multitudes. Qué significa que el rock llegue al museo es otra discusión, pero el trabajo de revisionismo, historización, reconstrucción, de construir memoria es totalmente necesario y fundamental.
Rescatar lo que fue esa movida postdictadura que comienza mucho antes, obviamente, pero tomando el caso de Cemento que abre en el 85, el Sí de Clarín, la Rock & Pop que aparecen en la misma época, se empieza a gestar algo muy interesante para la germinación de ciertas formas de expresión donde el rock cumplió un papel fundamental. Así como defendemos el Nunca Más, también debemos defender otras memorias. Para alguien que no estuvo en Cemento, que no conoce es muy pobre, la placa está casi a la altura de la dejadez.
Es fundamental preservar la memoria colectiva porque si no estamos determinados al fracaso. Cuando hoy vemos personajes como Bullrich o Milei tiene que ver con que no se construyó cierta memoria que vaya más allá de ideales generales. Parece mentira que haya que explicar de dónde viene Patricia Bullrich, por ejemplo. No se trata de hacer una bajada universal de una verdad absoluta porque no la hay, pero sí de brindar herramientas para cierto conocimiento.
El rock, a diferencia de lo que piensan los que nos llaman los vejestorios y todo eso que está tan de moda, fue uno de los lugares más inclusivos que hubo, sino mirá a Andy Cherniavsky diciendo que Charly fue uno de los primeros que le dio lugar a las mujeres y creo que fue así, al menos en nuestro país. Y es una construcción que no se da porque hoy vino a un festival X con pulserita de colores y todos conviven, se dio porque hace 20 años había gente que hacía el “Unidos sin diferencias” o que hacía “El aborto ilegal asesina mi libertad” cuando esas discusiones no estaban instaladas.
Hablar del aborto hace 20 años no es lo mismo que ahora. A nivel político, todo lo que sucedió en esa época, fue sumamente importante para las conquistas que hoy tenemos: la diversidad, la inclusión, el respeto la igualdad, el acceso legal al aborto. Es importante pensar políticas públicas o patrimoniales, de revisionismo que pongan en juego esto y que lo reflexionemos más allá de un documental independiente como puede ser el de Cemento.
APU: De alguna manera nos posicionamos ante eso porque hemos tenido experiencias lamentables en cuanto a la política y el acercamiento a la cultura rock, y ahí debemos poner astucia e intuición para preservar el corazón y lo puro que el rock tiene.
L.C.: Son muchas las cuestiones por las cuales preguntarnos. Pienso en otros ejemplos, como Ricky Espinosa cantando los Rolling Stones y que lo escupan de todos lados por hacerlo, o Ataque 77 cuando saca el manifiesto diciendo que no se peleen, que se venía a disfrutar de un show. Es una construcción constante. Por eso celebro cuando surgen artistas como Wos, que no solo hacen una excelente música, sino que aparte honran a sus predecesores, Wos con Luzbelito o Trueno con 2 Minutos. Aparece algo generacional que se va dando.
Sí hay una industria que apunta a una homogeneidad cultural a la que pareciera intentan llevarnos, ese consumo masivo que pasa por todos lados, ver las mismas películas y escuchar la misma música a través de una misma plataforma, el algoritmo te recomienda lo que a vos te gusta según con quién estás al lado. Es bravísimo. Es una discusión larga, pero esa distinción del gusto también habla de nosotros y cuando se empieza a erosionar esos límites que nos hacen tan únicos y poco idénticos, a lo mejor volvemos a pecar de ingenuos. Todo el tiempo nos están bombardeando y contaminando.
Lazarsfeld hablaba del zapping como disfunción narcotizante. Hoy, eso, está todo el tiempo en nuestras manos y es el fucking teléfono. Medios que de pronto proponen “leé menos y entendé más”. Me parece gravísimo. ¿Qué clase de medio periodístico me puede decir que lea menos? Es importante la capacidad de reflexionar críticamente con respecto a algunas cosas. Esa homogeneidad cultural está más cerca de lo que creemos. Por eso es importante preservar, porque cada vez abren más Movistar Arena pero cierran más centros culturales. Tenemos que darle a la cultura el lugar que se merece y no pensar todo como un lugar de intercambio de comercio, algo tan plástico y tratar de brindar un poco más de contenido.