Racing rendirá homenaje a 45 hinchas que fueron víctimas del Terrorismo de Estado
Por Diego Kenis
Sucede en muchas canchas argentinas y de la Patria Grande, durante la liturgia popular de los domingos: al coro espontáneo y multitudinario que celebra los goles de Racing le faltan voces. Las de las víctimas del Terrorismo de Estado. Voces comprometidas con su tiempo y su pueblo. Ausencias caras en muchos terrenos, también en el de juego.
Este martes 7, la Academia de Avellaneda afianzará su vínculo con la Memoria a través de un homenaje a 45 hinchas detenidos-desaparecidos durante el genocidio. En el campo de juego del estadio “Presidente Perón”, se les restituirá la condición de asociados y asociadas. La entrega de sus carnets a miembros de sus familias rubricará el vínculo recuperado.
De ese modo, se cristalizará una política que el club lanzó el 19 de marzo último a partir de una presentación efectuada ante su Departamento de Socios por Osvaldo Santoro, Miguel Laborde, Carlos Ulanovsky, Carlos Krug y Jorge Watts, que poco después falleció por COVID-19.
Tras la aprobación de la comisión directiva del club, comenzó un trabajo de investigación en el archivo histórico racinguista. El hallazgo de fichas de solicitud permitió detectar casos para, posteriormente, establecer contacto con familiares y amigos de las personas que permanecen desaparecidas o fueron asesinadas.
La tarea no sólo dejó frutos en materia de reparación histórica, sino también en el fortalecimiento de la pertenencia académica. “Posibilitó conocer historias de gente con inquietudes diversas y con una identidad potentísima y conmovedora con Racing”, describen quienes conocen de cerca el camino recorrido, que logró repercusión internacional.
El martes 7, desde las 18,30 y en el “Cilindro” albiceleste, se concretará el homenaje. El evento será sin aforo límite, y con entrada libre y gratuita. Los nombres que volverán a sonar entre las tribunas son los de José Abdala, Alejandro Almeida, José Amigo, Luis Avellino, Diego Beigbeder, Hilda Bruzzone, Jorge Caffati, Álvaro Cárdenas, Olga Cepeda, Jacobo Chester, Enrique Cobacho, Oscar Cobacho, Liliana Corti, Armando Croatto, Lucía Cullen, Gustavo Dicovsky, Mario Díaz, Pablo Dorigo, Jorge Elischer, Diego Ferreyra, José Flores, Eugenio Daniel Gallina, Eugenio Félix Gallina, Mario Gallina, Luis García, Ricardo García, Silvia Goñi, Dante Guede, Enrique Juárez, Gustavo Juárez, Alberto Krug, Luis Laporte, Osvaldo Maciel, César Maza, Carlos Mugica, César Nieto, Heriberto Ruggeri, Roberto Santoro, Miguel Scarpato, Daniel Schapira, Delfor Soto, Luis Steimberg, Jorge Sznaider, Mauricio Villalba y Oscar Zalazar.
Muchas de las historias de vida y militancia que esos nombres guardan han sido recuperas en publicaciones recientes. Los desaparecidos de Racing, de Julián Scher, narra once de ellas. Su autor continuó la tarea en investigaciones publicadas en diferentes medios. El wing, de Alejandro Wall, se centra en la biografía del ídolo académico Oreste Corbatta y recuerda vínculo que tenía con el padre Carlos Mugica y Lucía Cullen. Roberto Santoro, autor del inolvidable Literatura de la Pelota, fue recordado en el último suplemento Fractura de AGENCIA PACO URONDO. De muchos de los restantes nombres comenzarán a germinar, luego del homenaje, los recuerdos de militancia, oficio y pasión académica. Taty Almeida, que lleva más de cuatro décadas de lucha como Madre de Plaza de Mayo, asistirá para recordar a su hijo Alejandro en uno de los lugares donde él más disfrutaba estar.
Tal y como señala el proyecto original, “Racing también fue víctima del genocidio, desde el momento en el que sabemos que tiene socios y socias –es decir, miembros legales y legítimos de la institución- que fueron arrasados por el plan sistemático de exterminio desplegado a lo largo y a lo ancho del territorio nacional”. Los años oscuros atacaron de tal forma a la entidad que dos de sus expresidentes se cuentan entre los sobrevivientes del aparato represivo: Horacio Rodríguez Larreta padre –secuestrado mientras ejercía el cargo- y Juan Destéfano.
“La mayor parte de las instituciones deportivas y no deportivas del país debieron atravesar el mismo proceso y no fueron pocas las que asumieron la problemática para enfrentarla y dar una respuesta que estuviera a tono con la voluntad de construir un mundo en el que nunca más vuelva a reinar el horror”, recordaba la petición original de homenaje a quienes fueron asesinados o permanecen desaparecidos.
Si bien ninguna de las víctimas fue perseguida por su pertenencia académica, es igual de cierto que “la comunidad –o la gran familia- racinguista fue dañada de modo irreparable ante la pérdida de una porción de sus integrantes a manos de la mayor barbarie sufrida por la Argentina a lo largo del siglo pasado”, subrayaba el proyecto original de Santoro, Laborde, Ulanovsky, Krug y Watts para recordar a quienes, antes del horror, compartían con ellos las tribunas del Cilindro.