Masivo rechazo a la reforma constitucional en Chile: ¿Qué pasó?
El rechazo a la aprobación de la reforma constitucional en Chile ganó, pero no solo ganó sino que arrasó, con unos números que realmente no se esperaban. Si bien se perfilaba una derrota de la nueva constitución, se creía que los números finales iban a ser mucho mas parejos. La contienda dio como resultado un 62% para el rechazo contra un 38% para el apruebo. Pero si bien persistía la esperanza, algunos indicios presagiaban el duro final de la jornada del domingo. La ebullición popular de octubre del 2019 fue confundida con una película de larga duración, pero en realidad fue la una foto de un momento que no pudo mantenerse, o que mejor dicho, no supieron extender en el tiempo.
El plebiscito de entrada para la reforma constitucional chilena tuvo mas del 78%, un numero muy importante, que presagiaba que el camino a la derogación de la carta magna heredada de la dictadura pinochetista era indetenible, y a la vez, solo un tramite. Pero no ha sido asi en los papeles. Un primera mirada a este primer paso de la reforma nos deja ver que la participación en el plebiscito apenas si pasó el 50%. Podría decirse que era representativo ya que en las elecciones grales el grado de participación popular ronda ese porcentaje, puntos mas puntos menos, pero la efervescencia de aquel momento también nos podría hacer pensar que la gran mayoría de los que participaron eran los mas politizados y quienes mas impulsaban el cambio.
Otro punto, y que marca una diferencia importante con el plebiscito de salida es que el referéndum del apruebo o rechazo será obligatorio, mientras que el de entrada no lo fue. Esto, obliga a una mayor participación popular, con lo cual se harán presente en las urnas aquellos que no participaron y que a la vez son mas refractarios al cambio, y a la vez, al resultado que dejo la convencional constituyente. Otro punto importante es que las elecciones a convencional constituyente también tuvo una baja participación, un 41,51%, y dio como resultado que mas de las dos terceras partes de los elegidos fueran de sectores de izquierda, o independientes. Partidos tradicionales como el Partido Socialista o la derecha chilena representada en partido UDI, del expresidente Piñera, tuvieran una magra representación.
La convención entonces, con una izquierda con mas de dos terceras partes de la representación, quedo habilitada a redactar una constitución sin oposición, ya que para poder vetar alguno de los artículos resultantes de los debates se requería tener mas de un tercio de los votos. Si bien el resultado de convención fue una constitución que podría ser tildada como la mas moderna de las nuevas constituciones, adolece de esa particularidad, no recoge el sentir de una parte importante de la población, y eso la pueda convertir en un documento con una legitimidad poco amplia y duradera. El mismo presidente Boric hizo referencia a esta situación: “Mi llamado es a buscar la mayor transversalidad y amplitud posible para construir una Constitución que sea un punto de encuentro. Eso implica que hay que darse espacio para reflexionar, para que los acuerdos sean mas amplios de lo que han sido hasta ahora”. Boric preveía que la falta de acuerdos con los sectores minoritarios de la convención le podría restar apoyos a la hora de la aprobación en el plebiscito de salida.
Otro de los escollos que esta constituyente tuvo fue su rápida perdida de legitimidad, varios escándalos sacudieron sus labores mientras duró. Uno de sus integrantes adujo el tener una grave enfermedad, Rodrigo Rojas Vade, quien ganó protagonismo al aducir que tenia leucemia, pero al poco tiempo se descubrió que lo que tenia era sífilis. El convencional grabó un video en donde confesaba la mentira, y la justificaba por el temor que le producía tener que confesar su orientación sexual. Varios escándalos mas sacudieron la convención hasta hacerle perder la buena imagen de la que inicialmente gozo. La caída fue de un 55% de imagen positiva hasta un 44% a comienzos de julio y una desconfianza en el órgano constituyente de un 55% según la encuestadora Feedback Research.
Algunas de las reformas propuestas también le jugaron en contra al órgano reformista, como la de la eliminación de los tres poderes o la plurinacionalidad, lo cual fue aprovechado por el aparato comunicacional de la derecha para diseminar noticias falsas sobre varias de estas cuestiones. Y hacia ese lugar vamos, las fake news estuvieron a la orden del dia para lograr que la reforma constitucional no sea aprobada, mas allá de los errores de implementación, la falta de acuerdos mas amplios, los escándalos y la falta de una buena comunicación de la labor de los constituyentes, las operaciones mediáticas para desacreditar varias de las reformas estuvieron a la orden del día.
"¿Podrá el gobierno de Boric impulsar una nueva convención constituyente?"
Por ejemplo, se llego a asegurar que los trabajadores ya no serían dueños de sus fondos previsionales, pero la realidad es que el nuevo sistema preveía un sistema de seguridad social publico, financiado por contribuciones de trabajadores, empleadores, cotizaciones obligatorias y rentas generales de la nación. Un modelo totalmente diferente al de las AFP impuestas en los 90s por la dictadura de Pinochet. Otra de las mentiras vertidas sobre el proceso fue que se propondría cambiar, el nombre del país, la bandera y el himno nacional, o que se permitiría el aborto hasta los 9 meses de embarazo, cuestión que el proyecto no regula, pero que se dejaba para hacerlo en una ley posterior. La que fuera la primera presidenta de la convención, Elisa Loncon, también fue victima de los ataques de las noticias falsas, primero fue acusada de haber posado en una foto con Augusto Pinochet, para después inventar que contaría con una pensión vitalicia por ex presidenta del órgano, también se dijo que poseía una sociedad de asesorías legales y un titulo de posgrado falso de la UNAM.
Otra de las cuestiones poco abordadas fue que un grupo de economistas, ex legisladores y funcionarios ligados a la centro izquierda chilena, también alentaran el rechazo al nuevo texto constitucional, mediante una carta emitida a menos de un mes del plebiscito declararon que: “ la declaración reconoce implícitamente que el texto no cumple con los estándares de buen funcionamiento democrático que Chile requiere…”, en alusión a que los partidos el oficialismo acordaron que aun aprobado el nuevo texto se le harían reformas posteriores.
Y agrega: “…no altera en lo medular el mal diseño del sistema político, ni se hace cargo de los grandes vacíos que el texto presenta”. Quizás la figura mas emblemática en rechazar la nueva constitución fue el ex presidente Ricardo Lagos quien ya en julio se había manifestado al respecto: “Chile merece una Constitución que logre consenso(…) el desafío político es continuar con el debate constitucional hasta alcanzar una Constitución que interprete a la mayoría". Y así el rechazo contó con un aliado inesperado.
Por ultimo algunos datos sobre la votación: la alta participación, un 86%, unos 12.743.041 votantes. Increíblemente, o no, el rechazo triunfó en las comunas de los quintiles de ingresos mas bajos, 75,1%, pero con un plus, el triunfo fue aún mas amplio que en aquellas con ingresos mas altos, 64,4%. La participación también fue mas alta en estos quintiles de ingresos bajos, 87,6%y la diferencia con el apruebo la mas alta, 50,1 puntos.
Otro numero que impacta, dado que la cuestión de la plurinacionalidad fue uno de los puntos mas controversiales, es que en las comunas con mayores concentraciones de poblaciones pertenecientes a pueblos originarios el rechazo fue alto, del 72,3% en la mayor. Y en las de menor concentración el porcentaje fue similar, 72,4%. Estos datos nos hacen pensar que los principales reclamos y demandas no estaban enfocadas tanto en derechos identitarios, sino mas en reclamos sociales ,como originariamente se hicieron sentir en las protestas de 2019.
Ahora, ¿cual es el futuro del proceso constituyente? En principio había un acuerdo de, sea cual fuere el resultado, ninguna de las dos constituciones, la derivada de la constitución del 80 del régimen de Pinochet, o la derivada de un Apruebo que no sucedió, podrían ser el final de un camino, sino un paso intermedio de un texto mas consensuado. Se habla de una nueva convocatoria a una convención, ¿podrá el gobierno de Boric, con una imagen en caída, aunque con una valoración personal relativamente alta, pero un congreso atomizado y sin mayorías propias, lograr impulsarla? Desde lo popular también parece que es posible, una encuesta de la consultora Pulso Ciudadano revela que ante un escenario de rechazo, un 68,2% esta a favor de un nuevo intento de reforma, y un 55,1% esta a favor de que se vuelva a elegir una nueva Convención Constitucional.