Detención de Sala: "el gobierno promueve la represión"
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué representa la detención de Milagro Sala?
Ana Natalucci: La detención de Milagro Sala representa un punto de inflexión importante respecto de uno de los pilares del gobierno anterior y de la democracia en general, que es la persecución abierta a dirigentes sociales por encabezar protestas sociales. Si bien es cierto que con Berni como viceministro de Seguridad habían sucedido algunos hechos represivos, esta detención marca un antes y un después en la dinámica de la movilización social y el reclamo de los sectores populares por sus reclamos.
APU: ¿Lo dice por los delitos por los que la detienen?
AN: Claro. Los delitos que se le imputan son instigación a cometer delitos y tumulto. Concretamente, se la acusa de organizar a sectores para elevar un reclamo que es definido en términos de delito. Esta idea de pensar los reclamos o demandas sociales como delito es de suma gravedad institucional por lo que implica para el sistema democrático, pero también en la coyuntura actual permite entrever que será la respuesta de los gobiernos (nacional y provinciales) en un contexto de ajuste. De hecho, el fiscal declaró que hasta que la Tupac no levante el acampe que tienen hace casi 40 días, Sala va a seguir detenida. Parece una especie de extorsión a la organización.
APU: ¿Cuál es el reclamo por el cual se generó el conflicto?
AN: El conflicto se produjo luego de que asuma Gerardo Morales a partir de cierto intento de reordenamiento de las cooperativas. Eso es complejo, porque desde el menemismo -incluido el gobierno de la Alianza del cual Morales fue funcionario- las organizaciones sociales se ocupaban de parte de la gestión de la política social. Y esto debe atribuirse principalmente a la incapacidad operativa del Estado de dar respuestas a sectores sociales. El problema de fondo es la concepción con que los gobiernos entablan su relación con los movimientos sociales. Estos existen y van a seguir actuando políticamente. La discusión pasa por si los gobiernos creen que los movimientos sociales generan fricciones para el orden político o si con su acción amplian la democracia. Evidentemente, si el gobierno elige la primera opción, lo que queda es promover la represión.
APU: ¿Qué percepción tiene de la marcha que se hizo en Plaza de Mayo por la libertad de Sala?
AN: Fue una marcha convocada en poco tiempo, en la que participó mucha gente. Si bien el principal reclamo de la convocatoria era exigir la libertad de Sala, había una bandera donde se decía que hay 66 mil trabajadores cooperativistas sin trabajo. Esto creo que es muy preocupante, porque el PRO ha dicho que no va a subsidiar el trabajo de las cooperativas, ni fomentar formas de inclusión social, sino más bien contribuir al desarrollo de las capacidades individuales. Esto supone una lógica voluntarista impresionante que omite que la versión actual del capitalismo no necesita de pleno empleo. La gente no es que no quiere trabajar como dicen algunas voces, el problema es que hoy no hay trabajo para todos ni lo va a haber. Al respecto, tanto los gobiernos kirchneristas como las organizaciones populares tenían una lectura acertada de esta situación macroestructural y políticas -que aún con matices- eran eficaces. Bueno, si el PRO las suspende no sólo se agravaria la situación social de esos sectores, sino que estaríamos frente a un conflicto del que no podemos anticipar su envergadura.
APU: Para finalizar, ¿está coordinando un Observatorio de Movimientos Sociales?
AN: Sí, el Observatorio lo estamos desarrollando con un grupo de investigación que dirijo en el Instituto de Investigaciones Gino Germani. La idea es poder sistematizar todo el trabajo de extensión que hemos hecho los últimos años, pero fundamentalmente crear un espacio institucional de diálogo con los movimientos y sus organizaciones.