Ali, una vida de película (documental)
Por Enrique de la Calle
La de Muhammad Ali (o Classius Clay, hasta mediados de los sesenta) es, tal vez, una de las vidas más relatadas por el cine, sobre todo en el formato documental. Con una particularidad: su historia, rica desde todo punto de vista, generó muchas y muy buenas producciones. Todas recomendadísimas para los amantes del boxeador -y el boxeo, claro- que fue un ícono para varias generaciones.
En una rápida recorrida, podemos encontrar una media docena de buenos documentales, aunque nos vamos a quedar con cuatro: dos sobre sus peleas más recordadas, y dos sobre otros aspectos de Ali: vida pública y privada del múltiple campeón.
Posiblemente el mejor de todos (y el más famoso) sea "Cuando fuimos reyes" (1996), que narra la memorable pelea en Ali y Foreman en la Zaire de Mobutu, en 1974. Dirigido por León Gast, el film recoge testimonios de los escritores Norman Mailer, Thomas Hauser y George Plimpton, y del director Spike Lee, entre otros. El propio Gast, quien estuvo en Zaire durante la pelea, grabó también el documental "Soul power" (2008), sobre el festival de música negra (tocaron James Brown, BB King, Bill Withers y Celia Cruz) que organizó Don King, manager de box, en el marco de la mítica contienda. Se puede ver online.
Otra producción para destacar es la que relata las tres peleas entre Alí y Frazier, disputadas entre 1971 y 1975. "Suspenso en Manila" (John Dower, 2008) marca su punto de tensión cuando posa su mirada en la última batalla, que se desarrolló en Filipinas. Antes, cada uno se había llevado una victoria.
La de Ali con Frazier es una rivalidad que cruzó toda la década de los 70. Con Frazier, posiblemente, Ali haya mostrado su peor rostro. Son recordados los insultos que le propinó durante años al boxeador que en 1971 había intercedido ante el presidente norteamericano Richard Nixon para que Muhammad pudiera volver a boxear, luego de la suspensión en 1965 por negarse a ir a la guerra en Vietnam. El documental toma el punto de vista de Frazier y por primera vez, Ali no "es" el bueno de la película ("El Parkinson es un castigo de Dios", se le escucha decir a Frazier).
Decíamos que el clímax del documental llega con la excéntrica batalla que tuvo lugar en Manila, Filipinas. Se trata de una de las peleas más memorables (y brutales) de la historia del boxeo (se puede ver en YouTube). La pelea se definió antes del último round, de manera dramática y con dos luchadores totalmente exhaustos (no diremos quién ganó y de qué modo, por si hay algún lector desprevenido). "Fue lo más cerca que estuve de la muerte", dijo Ali después de la pelea. El testimonio también se encuentra en internet.
Por último, dos documentales más para abordar dos aspectos más de la atractiva vida de Ali: personaje público y hombre privado. En el primer caso, destaca "Los juicios de Muhammad Ali" (2013, Bill Siegel) que se ocupa del cambio de identidad del boxeador (el abandono del nombre Cassius Clay), su rechazo a la guerra de Vietnam y sus posicionamientos en torno al Islam y a la opresión de los negros en Estados Unidos (se encuentra en Netflix).
En el segundo caso, sobresale "Yo soy Ali" (Clare Lewins, 2014), que es un relato sobre la vida íntima y familiar del campeón. “Para mí era alguien agridulce. Cuando yo era pequeña él era muy famoso porque era boxeador, tenía que compartirlo con el resto del mundo, todo el mundo lo quería, recibíamos mucho amor y todo eso era fantástico porque la gente lo admiraba. Nos sentíamos muy orgullosas de él”, cuenta una de sus hijas.