Un oficial del Grupo Halcón asesinó por la espalda a un joven de 17 años
Fabián Exequiel Enrique tenía 17 años y el martes 6 de febrero fue encontrado muerto con dos balazos en la espalda y uno en la pierna. El cuerpo fue hallado en la entrada de la villa Los Eucaliptos, en Quilmes. Según testimonios, un efectivo del Grupo Halcón le disparó al menos cinco veces luego de un intento de robo.
Las pericias demostraron que el joven recibió disparos por la espalda y que estaba desarmado.
El oficial dio su testimonio y sostuvo que se encontraba en su auto detenido en un semáforo sobre la avenida La Plata, cuando dos jóvenes intentaron robarle su teléfono celular. En ese momento, abrió la puerta del vehículo y comenzó a disparar. Sin embargo, el efectivo no mencionó que uno de los jóvenes fue herido. Además, para los investigadores el relato deja algunas dudas. "Se fue a la casa sin hacer ninguna denuncia. Recién al otro día le contó a su superior, con quien luego se presentó en la comisaría. Lo raro es que es un integrante del Grupo Halcón: tenía que saber que si había disparado de esa manera, había matado", plantearon investigadores a Clarín.
Otro de los datos que llamaron la atención y que se contradicen con el testimonio del efectivo es que las pericias encontraron los casquillos de las balas en un montículo de basura en la calle. Es decir, que tal como sostienen los testigos, el policía habría perseguido a los tiros a los ladrones y no habría disparado desde el auto. Estos datos se terminarán de confirmar con las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona.
Por su parte, el padre del joven asesinado sostuvo: "Lo que pasó con mi hijo fue que un policía lo mató por la espalda, sin piedad. Lo mató como a un perro". Además agregó que "el policía se bajó del auto y lo acribilló. Mi hijo no le robó nada y, aunque lo hubiese hecho, tampoco podía pegarle tiros por la espalda. Mi hijo estaba enfermo pero en ese momento no estaba drogado". La madre de Fabián Exequiel indicó que su "más allá de que hubiese robado o no, no tienen derecho a matarlo por la espalda".
La investigación quedó en manos de la fiscal Karina Gallo, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Quilmes, quien dispuso el secuestro del arma reglamentaria del policía y caratuló la causa como “homicidio”.