Gatillo fácil: comienza el juicio oral por el asesinato de Marcelo Montenegro
Este miércoles 28 de marzo comenzará el juicio oral por el asesinato de Marcelo Montenegro a manos de tres policías, el 7 de julio de 2012. En este marco, el 26 de marzo se presentó el caso en un jornada sobre violencia institucional. La actividad se realizó en la Asociación de Abogados de Buenos Aires y participaron Rosa Montenegro, Rosa Bru, profesionales de la Campaña contra la Violencia Institucional, el Frente de Abogados Populares y la Asociación de Pensamiento Penal.
Rosa Montenegro es la mamá de Marcelo Montenegro, “el Pela”. A Marcelo lo mató la Policía Federal. Desde ese día, Rosa investigó, luchó, habló con los vecinos, se acercó a la Asociación Miguel Bru para buscar apoyo y lograr derribar el relato oficial.
Según la versión de la fuerza de seguridad, Marcelo Montenegro iba en un auto Renault Twingo con un amigo, Maturano, y entró a toda velocidad en la Villa 15. Ambos estaban armados. La policía comenzó a perseguirlos. Los uniformados intentaron justificar su accionar afirmando, “el acompañante sacó un arma de fuego por la ventanilla y efectuó dos o más disparos. Ambos vehículos doblaron. El Twingo perdió el control, derrapó y colisionó contra un paredón. En el marco de dicha prevención, Maturano fue detenido y Montenegro recibió un disparo de arma de fuego por parte de los policías que provocó su muerte”.
La Justicia sobreseyó tres veces a los policías hasta que una jueza desestimó el relato policial del enfrentamiento y los procesó. “El auto recibió cinco balazos, murió Marcelo y el patrullero no tiene ni un signo de ataque”, relató el Abogado de Rosa, Nahuel Berguier. Por eso, la mamá de Marcelo luchó contra la desinformación, llevó adelante la investigación y relató a AGENCIA PACO URONDO cómo fueron los hechos.
“Lo vinieron a buscar, fueron a dar una vuelta. Yo no sabía más que eso, solo que chocaron en Saraza y Piedrabuena”, sostuvo Rosa. Además, contó que los agentes nunca se acercaron a dar una explicación. Todo lo que logró determinar es porque preguntó, averiguó con los vecinos, con la gente que había estado con su hijo. Investigó a partir de que empezó a ver cosas raras. Por ejemplo, relató: “Cuando lo fui a buscar a mi hijo, a retirar el cuerpo, en el papel decía que Nahuel Maturano estaba muerto. Lo tuve que reconocer dos veces a mi hijo”.
En el Hospital Santojanni, a los dos días del acontecimiento, Rosa preguntó si le podían dar el informe sobre Marcelo. “Pero me daban vueltas, me hacían volver otro día. Ahí empecé a ver cosas raras. ¿Cómo no me pueden dar un informe, decirme cómo falleció mi hijo?”, recordaba Rosa. En ese momento comenzó a buscar a un abogado.
Rosa detalló que en la comisaría la trataron muy mal. “Yo les decía que quería saber qué había pasado y me decían que ahí no había ningún muerto, que estaba hablando pavadas. Estuve en la comisaría 48 de Ciudad Oculta desde las once de la mañana hasta las nueve de la noche”.
La mamá de Marcelo empezó con la investigación el día del reconocimiento del cuerpo: “Le vi la cara y me di cuenta que algo le había pasado. Tenía un disparo y me miraba como diciendo ’mamá, hacé algo’. Uno conoce a sus hijos”. Esa noche, cuando volvió a su casa, su hija de un año le dijo: “Mami, a Pela mató yuta. Pum”. Como si fuese que ella sabía.
“A partir de eso busqué un abogado, pero me rechazaron porque muchos decían que con la policía no se querían meter. Reboté como 4 veces”, explicó Montenegro. Luego, ya con una abogada realizó una denuncia a partir de la cual comenzaron las amenazas. Rosa narró: “Un día me llamaron, era un policía que me empezó a hacer preguntas como por ejemplo dónde trabajaba. Me llamaron para sacarme información, averiguar qué sabía yo. Eran policías que se hacían pasar por otras personas”.
Pasaban muchos oficiales por la puerta de su casa. Una tarde un policía quiso convencerla de firmar un papel sin previa explicación. Recibió amenazas y llamadas intimidatorias. Después de dos fallos judiciales lograron ir a juicio oral. Luego, la causa la tomaron Nahuel Berguier, Gabriela Carpineti y Andres Paruolo, actuales abogados.
Rosa expresó que su hijo no tenía armas. “Si pensaron que se robó un auto, que lo lleven preso. Después iban a ver que no había sido él y lo iban a largar, como al otro chico. Y así mi hijo no estaría en el cementerio.”.
“Yo trabajé toda mi vida, pero te tratan así porque vivís en una villa. Ellos piensan que como son una autoridad son como Dioses. Pero ellos no son Dioses para sacarle la vida a ningún pibe. Ellos se creen más, pero somos todos iguales. Hay que respetar de las dos partes”, afirmó con seguridad Rosa.