Salta: "Perdí mi embarazo en manos de la Policía"
Por Camila*
Después de un tiempo, decidí contar el horror que viví un mes y medio atrás. El pasado 17 de abril estábamos en casa reunidos por el quinto aniversario del fallecimiento de uno de mis hermanos. A las siete de la tarde salí con mi mamá a despedir algunos familiares, mientras afuera mis sobrinos jugaban a la pelota. En ese momento dobló a toda velocidad una camioneta de la brigada y les grité que tuvieran cuidado, que había chicos. Su respuesta me descolocó: empezaron a insultarme, tratándome de puta.
Pero no terminó ahí. Les juro que lo recuerdo y no lo puedo creer. Otra camioneta dobló, frenó y uno de los efectivos vino directamente a agredirme. Me agarró del pelo y me golpeó la cabeza contra la pared. Mi mamá les suplicó que me soltaran porque estaba embarazada, a lo que respondió a sangre fría: “¡Qué me importa!”. Y era verdad. No le importó en absoluto porque siguió, me tiró al suelo donde junto a otro oficial, ambos sin identificación, siguieron golpeándome y dándome patadas a la altura de la cintura. Desesperada, sólo atinaba a cubrirme la panza.
Al escuchar los gritos mi hermano salió de casa a defenderme. Recién ahí me soltaron y fueron a golpearlo a él. En el medio también la ligaron mi tía y mi prima. Cuando quise levantarme recibí otra patada en el estómago que me nubló la vista. A él lo molieron a palos en todo el cuerpo y se lo llevaron arrastrándolo hasta la esquina. Antes de irse nos amenazaron que ni se nos ocurriera hacer la denuncia porque nadie nos iba a dar bola y porque la íbamos a pasar muy mal.
Sin todavía asimilar la perversión de un ataque injustificado, fui al Hospital Papa Francisco donde me dijeron que estaba con contracciones. Me dieron un calmante y me mandaron de vuelta a mi casa. Pese al dolor corporal, a la impotencia por tanta crueldad y al amedrentamiento fui a hacer la denuncia a la Comisaría Décima donde tuve que insistir muchísimo para que me la tomaran.
¡Esa noche fue interminable, no pude dormir del insoportable dolor!
Al día siguiente fui al Hospital Materno Infantil. Estuve en observaciones durante dos horas y me internaron cinco días en los que me mantuvieron con calmantes. Al principio me dijeron que estaría bien, de hecho en la ecografía sentía sus latidos. Pero los golpes en la cintura derivaron en lo peor y perdí el embarazo. Como método de encubrimiento la Policía intentó instalar que mi embarazo estaba en riesgo antes de la golpiza. Y ni bien me dieron el alta una camioneta de la brigada se instaló en la esquina de mi casa para atemorizarnos.
Nada calmará mi dolor por esta pérdida, pero decidí romper el silencio para ayudar a que nadie más viva esta tortura.
Y para que no siga extendiéndose la impunidad de todas las Fuerzas de Seguridad.
*Golpeada por la Policía salteña hasta perder su embarazo de 6 meses.