Concierto evocación: Juanjo Domíguez, el nombre de la guitarra argentina
Por Redacción APU
Juanjo Domínguez fue mucho más que un virtuoso guitarrista, un deslumbrante solista o un excelente acompañante de cantoras y cantores de varios géneros de la música popular. Fue un músico que abordaba desde la Argentina a toda la música popular latinoamericana. Había nacido el 23 de octubre de 1951 en Junín. Aprendió a tocar el instrumento de muy chico, se recibió de profesor de guitarra a los 12 años y a esa edad ya tocaba tango. A los 15 empezó a acompañar al cantante melódico chileno Rosamel Araya. Tocó con María Graña, Horacio Guarany, Armando Manzanero, el Chango Nieto y Roberto Goyeneche, entre otros grandes. Participó en la grabación de más de 130 discos de diferentes artistas y editó otras 24 placas como solista. Murió el pasado 10 de febrero, a los 67 años, y este domingo sus amigos músicos se reunirán en un homenaje en el partido de Almirante Brown, al que pertenece la localidad donde vivía: Burzaco.
La idea fue de dos músicos jóvenes: el cantautor Juan Martín Di Salvo y el guitarrista y luthier Juancito Avilano, quien tuvo la oportunidad de integrar una de las formaciones de Juanjo. El domingo 29 de septiembre, el gran cantor criollo Enrique Espinosa, el Horacio Avilano Cuarteto, el virtuoso acordeonista Germán Fratarcángelli, el cantores Beto Solas y Federico Gareis, la cantante Majo Lanzón, los guitarristas Hernán Fredes, Carlos Lizondo, Moscato Luna y el dúo Suburbio (Di Salvo y Piri Delgado) evocaron a Juanjo desde las 18:00h, en la Casa Municipal de la Cultura de Almirante Brown, en Esteban Adrogué 1224, Adrogué, con entrada libre y gratuita.
APU charló con los organizadores sobre este concierto que sucedió como una reunión entre amigos para compartir la música y la emoción.
Agencia Paco Urondo: ¿Qué significa Juanjo Domínguez para la música argentina?
Juan Martín Di Salvo: Juanjo es, sin duda, un faro para nuestras músicas. Ha logrado construir, desde un talento extraordinario y único, una obra de gran calidad, una marca propia.
APU: ¿Y dentro del mundo específico de la guitarra y los guitarristas?
Juancito Avilano: En el mundo guitarrístico el nombre Juanjo Dominguez es sinónimo de talento, virtuosismo y personalidad: una guitarra provocadora. Vos lo escuchas por la radio y no hace falta que digan quién es, lo reconoces, es como si fuese su voz, eso pasa con los grandes guitarristas.
APU: ¿Cómo conocieron a Juanjo, qué significó el Juanjo amigo o colega para cada uno de ustedes?
J. A.: La primera vez que estuve con él fue gracias a mi tío, Horacio Avilano. Ellos se conocían desde jóvenes y tenían muy buena relación, habían tocado juntos tiempo atrás. Un día nos dijo a Mariano Olivera (guitarrista de mi generación hoy radicado en España) y a mí: “mañana a la tarde vamos a tomar unos mates a la casa de Juanjo”. Yo tenía 17 años y una gran emoción de que me invitaran a la casa de uno de mis máximos referentes de la guitarra. Dos años después, junto a mi amigo guitarrista Hernan Fredes, tuvimos la fortuna de ser convocados a tocar con él. Compartimos casi 4 años junto a Juanjo, integramos su agrupación, nos hizo sentir parte de su familia, imaginate que hasta llegue a festejar un cumpleaños en su casa. Pasamos muchas tardes de mate y guitarra, sin que faltaran las pizzas de Kary (su esposa).
APU: ¿Cuáles son las principales características de su legado?
J. A.: Juanjo es una llave al mundo de la música que llevamos como ADN. Cultivó el arte de rescatar músicas casi olvidadas y transportarlas al tiempo presente, tocándolas como nadie.
APU: Si tuvieran que recomendar los discos fundamentales de Juanjo ¿a cuáles se referirían y por qué?
J. A.: Dentro de su obra solista creemos que los discos más representativos de su carrera son "Mis tangos preferidos” 1 y 2, es allí donde se evidencia su mejor versión, su más alto momento artístico. Otro gran disco es sin dudas "Latinoamericano", compuesto por obras fundamentales para la música de toma América.
J. M. D. S.: En su veta de guitarrista acompañante de cantores el disco Ídolo de Multitudes, del gran Horacio Guarany podría ser un muy buen ejemplo de cómo Juanjo lograba arreglar canciones para siempre, para evidenciarlo basta con escuchar la versión de "La Villerita", incluida en este álbum.
APU: ¿Cómo surgió la idea del concierto evocación?
J. A.: Creo que fue una mezcla entre el cariño y la amistad, los recuerdos y la admiración a una persona que dedicó su vida entera al instrumento que amamos. Desde ahí surgieron las ganas de crear un espectáculo artístico con el mayor respeto y cariño.
APU: ¿Cuál es la conexión de cada uno de los músicos participantes con Juanjo?
J. A.: Intentamos convocar a los artistas que han sido importantes en la vida y en la obra del maestro, y desde esa óptica representarla del mejor y más amplio modo posible. Muchos de ellos integraron las distintas formaciones de Juanjo: Beto Solas, Majo Lanzón, Federico Gareis, Moscato Luna, Hernán Fredes y yo (Juancito Avilano), entre otros. Y muchos otros colegas queridos y que se profesaban admiración mutua con Juanjo: Horacio Avilano y Germán Fratarcángelli, por ejemplo. La presencia del gran cantor que es Enrique Espinosa tiene la intención de honrar el trabajo de Juanjo cómo guitarrista de cantores y sus arreglos eternos.
APU: ¿Proyectan seguir con este homenaje como proyecto a futuro?
J. A.: Nos gustaría seguir no sólo con este formato de homenaje, sino con la evocación de los artistas estructurales de nuestra música y de su obra en los escenarios.
J. M. D. S.: Queremos generar el encuentro y fomentar canales de difusión para que nuestras tradiciones dejen de ser pieza de museo y vuelvan a ser el punto de partida para la proyección de nuestro cancionero. "Sólo con la tradición no alcanza, sin la tradición no se puede", quien quiera oír que oiga.