La muerte de Agustín Navarro: el coronavirus sigue matando a referentes sociales
Por Demian Konfino*
El Covid-19 acaba de cobrarse una nueva víctima popular. Acaba de morir**, Agustín Navarro, entrañable compañero de la Mesa por la Urbanización de Villa 31. Y es una pérdida enorme.
Tenía 57 años. Le decíamos Bin Laden. Supo tener el pelo muy largo y la barba, tupida. Quiso superarse y llegó a meter algunas materias de Ciencias políticas. Con su palabra simple y su sonrisa sincera, estuvo siempre. En todas las reuniones. En todas las marchas. En el último tiempo estaba militando en Barrios de Pié y llevaba adelante un merendero en el barrio YPF de la villa de Retiro donde vivía.
Como Ramona, Agustín tampoco tenía agua.
El Víctor “Oso” Giracoy, Ramona Medina y ahora Agustín han muerto. Otros tantos referentes sociales y políticos han contraído el virus en las villas de Buenos Aires. No es casual. Están en la línea de fuego, haciendo lo que el gobierno porteño no hace. Ocupándose de sus vecinos. Repartiendo bolsones de comida. Conteniendo. Contra prejuicios y omisiones oficiales, los referentes tan vilipendiados por la mirada pública son los rubrican con el cuerpo su compromiso y ponen en juego hasta su propia vida.
Se fue un tipo digno. Se lo llevó un bicho global que vino en avión con los que pudieron viajar y ahora caravanean en autos caros reclamando por la libertad para circular. Lo mató el coronavirus y el abandono del gobierno de la Ciudad, distrito que es conducido hace 13 años por la misma fuerza política. La falta de vivienda digna sigue matando.
En la foto, Agustín se ríe detrás de Teófilo Tapia, referente del comedor Padre Mugica.
*Militante, escritor, abogado
**(falleció durante la jornada de ayer, domingo 25 de mayo)