Los espacios verdes de Larreta: cuando las partes no hacen al todo, por Leonardo Farías
Por Leonardo Farias*
Sin dudas para Horacio Rodríguez Larreta las promesas deben cumplirse de cualquier manera. De eso no hay dudas, al menos en materia de generación de espacios verdes en la Ciudad de Buenos Aires. Solo que llegar al objetivo numéricamente no siempre significa haber llegado al objetivo real en la gestión. ¿Cómo es esto? simple, veamos.
A poco de asumir, el jefe de gobierno había prometido “abrir 110 hectáreas de nuevos espacios verdes” antes del final de su primer mandato en diciembre de 2019. Desde entonces el Gobierno lo considera un “compromiso cumplido”. Pero, ¿es realmente así?.
En el Manual de Diseño Urbano porteño que fue definido en 2015 durante la última gestión de Mauricio Macri como jefe de gobierno, encontramos una denominación para cada espacio verde. Respecto a los parques, el texto detalla que son espacios públicos de gran superficie y aptos para el desarrollo de “actividades culturales, sociales y deportivas”. En el mismo sentido, las plazas, que están definidas como “espacios verdes más pequeños” en comparación a los parques, deben tener una dimensión mínima de media hectárea.
Pero sin embargo el listado que hace público el GCABA con respecto a cómo llega a este “todo” de 110 hectáreas muestra que lo hace con “partes” que no van cumplir el requisito necesario para dar con ese “todo”. ¿Por qué? Porque además de Plazas y parques se incluyen canteros, bulevares, macetas y hasta un “tótem vertical”.
Claramente un bulevar o los canteros de la Avenida Corrientes no son ni serán un “punto de encuentro, disfrute e integración de todos los vecinos, con juegos para los chicos y una amplia oferta de actividades para todas las edades”, como define el Gobierno porteño a las “110 hectáreas de nuevo espacio verde público” en su página web.
Por otra parte, 21 de los 43 nuevos espacios verdes del listado tienen menos de media hectárea de extensión que, como dijimos, según el Manual de Diseño Urbano los parques son espacios públicos que deben tener una dimensión mínima de 5.000 metros cuadrados (es decir, media hectárea).
Además algunos de los espacios verdes que formaban parte del compromiso a cumplir antes de diciembre de 2019 eran el Parque de la Innovación en Núñez, donde a la fecha aún se están haciendo “demoliciones”; y las playas ferroviarias de Caballito, Liniers, Villa Urquiza y Colegiales, donde aún no hay parques.
Otras 49 hectáreas del Parque de la Ciudad de Villa Soldati habían sido incluidas entre las áreas de “espacio verde público y gratuito”, pero hoy el predio cobra entrada y un cerco de chapa aún separa al parque de los vecinos del Barrio Olímpico.
Cabe destacar que más de 350 mil porteñas y porteños no cuentan con una plaza cerca de casa. La cantidad de espacios verdes por habitantes no varió en los dos primeros años de Larreta (después, ya no hay datos). Y bajó en cinco comunas. Las peores son la 3 (Balvanera y San Cristóbal) y la 5 (Boedo y Almagro), donde las plazas creadas por Larreta suman 1,9 en Balvanera –incluida la manzana 66, lograda con la lucha de los vecinos- y 0,14 en Almagro.
Una vez más la creatividad y el marketing, que rozan la trampa y la estafa, son las herramientas sobresalientes de la gestión PRO. Esta vez las partes (canteros, macetas y bulevares) de esta suma, lamentablemente, no hacen al todo (espacios de recreación y esparcimiento) que las y los ciudadanos esperamos.
El rechazo a la pérdida de espacios verdes se convirtió en uno de los temas centrales de la agenda política de la Ciudad de Buenos Aires, a partir de las denuncias de organizaciones comunitarias a los proyectos de la gestión larretista para construir torres en la Costanera Norte y Sur que facilitan el avance de la especulación inmobiliaria que no encuentra más tierras libres en el distrito.
En estos tiempos se encuentran activas una veintena de protestas vecinales que resisten las edificaciones privadas en altura sobre el espacio público y cuestionan al gobierno de Horacio Rodríguez Larreta por la falta de medidas ambientales que le impiden a la Ciudad cumplir con la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de unos 10 metros cuadrados de área verde por habitante.
Para cerrar citaré al periodista Wernet Perrot que escribió sobre la gestión del programa "Ciudad Verde" hace unos días para el portal porteño Nueva Ciudad y que sintetiza la gestión del PRO en la Ciudad: “En su momento, pude observar cómo el presupuesto en publicitar los espacios verdes terminaba por superar la inversión real en crear nuevos”. Y agrega: “Y eso por no hablar de algunos negociados que me encontré: por ejemplo, una funcionaria PRO que le entregaba las licitaciones de “Ciudad Verde”, una detrás de otra, a una ex asesora suya. Cosas que pasan en la Ciudad Verde, que es más bien color cemento”.
Así las cosas la agenda 2022 tendrá un escenario complejo y de conflicto que habrá que seguir y acompañar con atención.
(*) Director del CESDET - ex miembro de la Junta Comunal 10 de CABA