Busisiwe Mahlangu: “La performance me permite experimentar y explorar las dimensiones del poema”
Busisiwe Mahlangu escribe versos, teatro y narrativa. Es autora de Surviving Loss (2018), una colección de poemas que adaptó para el escenario y que suele presentar en formato performance. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía de Sudáfrica y fue incluida en varias antologías de autores jóvenes de su país. En 2022, fue becaria del Instituto de Estudios Avanzados de Johannesburgo, y al año siguiente, del Programa Internacional de Escritura de Iowa, Estados Unidos. Su obra todavía no está traducida al español.
Agencia Paco Urondo: Hablemos primero de tus inicios en la escritura. ¿Cómo y cuándo empezaste a escribir? Una vez contaste una historia muy divertida sobre un grupo de compañeras que jugaban al fútbol, y como vos no querías jugar, te pusiste a escribir poesía.
Busisiwe Mahlangu: Cuando empecé la escuela, mi madre me consiguió un carnet de biblioteca. Me pasé muchos días yendo de la escuela a la biblioteca pública para sumergirme en los libros. Leía todo lo que me caía en la mano, los libros se volvieron mi mundo (como si yo me hubiera perdido para encontrar, después, maneras nuevas de contar una historia). Los libros construyeron un puente entre las historias que me rodeaban mientras crecía y el mundo textual.
Empecé a escribir mi diario con los estilos distintos de los libros que leía; la poesía era lo principal para mí. Me obsesioné con la musicalidad y el ritmo que podían dar los poemas; cuán lúdica o cuán seria podían hacer que fuera una situación. Mis pensamientos estaban totalmente enraizados en los poemas, como ocultos ahí.
Los libros me ofrecieron un mundo, y me volví muy curiosa hacia todo lo que existía más allá de Mamelodi, incluso más allá de Sudáfrica. Pero no supe bien qué hacer hasta el día en que, en mi secundario, anunciaron que iba a formarse un equipo de fútbol de mujeres esponsoreado por el Real Madrid. El equipo tendría, eventualmente, la chance de ir a España. Sentí que eso era una respuesta a todo mi hambre (incluso cuando yo no sabía cómo patear una pelota, ni las reglas de juego, y además odiaba correr).
Me dejaron unirme al equipo, y estuve ahí tres meses. Era una jugadora malísima y nunca fui a España, pero me di cuenta de que fueron las palabras las que empezaron a llevarme a distintos lugares. Estoy muy agradecida por mi curiosidad hacia el mundo y cómo mi escritura fue articulando un espacio de encuentro.
APU: Tu poesía es muy poderosa, con versos muy explícitos, muy claros. La presencia del cuerpo, herido, es muy nítida. Que es también el cuerpo de la madre, uno que se hereda, un modo de estar en el mundo y me hace pensar en los versos I wear my mothers bones (Visto los huesos de mi madre) ¿Qué podés decirnos sobre esto?
B.M.: Generalmente, escribo mis poemas a partir de un sentimiento. ¿Cómo se siente esta palabra en la lengua? ¿Cómo esta frase ocupa lugar en mi cuerpo? ¿Esta historia es demasiado pesada para mis pulmones? El cuerpo es testigo de mi búsqueda en el lenguaje, como un observador.
El cuerpo, para mí, materializa la experiencia. Solidifica lo que quiero decía (tomo mi lenguaje de mi cuerpo). Creo que nuestros cuerpos son un espacio de archivo y documentación muy importante, porque es a partir de los propios cuerpos que damos testimonio. Escucho a mi cuerpo, y lo traduzco de la mejor manera que puedo.
“El cuerpo es testigo de mi búsqueda en el lenguaje, como un observador”.
APU: También aparece la idea de abuso sobre el cuerpo, hay una marca muy clara de la perspectiva de género, de hablar sobre las condiciones de las mujeres y sus cuerpos; también la idea de lucha con imágenes muy claras como “deshacer el río” o “extremar los límites hasta que solo queden los océanos”.
B.M.: Disfruto escribir sobre el cuerpo. Hago eco de Lucille Clifton cuando dijo: “me encantan las partes del cuerpo”. Me parece fascinante, es algo extraordinario (me interesa cómo funciona o cómo deja de funcionar). Su aspecto biológico. Pero también, como mujer queer, quisiera ver más representaciones de mi cuerpo (cómo ocupa espacio, cómo resiste, cómo protesta, cómo se viste de lenguaje).
APU: Tu poesía es performática, te involucra completamente y se trata de una poesía leída, actuada, cantada, donde tu voz potente juega un papel importante ¿Podrías hablarnos de esta dualidad de “poesía para leer” y “poesía actuada”?
B.M.: Mis poemas en la página difieren ligeramente a cómo se viven en el escenario. En el escenario, cada uno de los poemas no es igual a cómo lo hice su última vez. La performance me permite experimentar y explorar las dimensiones del poema. La letra de molde da la impresión de ser algo final, sólido, inmodificable, pero cuando llevo mi trabajo al escenario, me doy cuenta de que puede ser transformado.
Soy consciente de que cada lector experimenta el texto a su manera, así como yo puedo experimentar mis poemas de distintas maneras en el escenario. Para decir algo sobre mi práctica performática: cuando encuentro un texto que me gusta, lo estudio para memorizarlo y para encarnarlo. Siento que así perdura en mí, más tiempo.
APU: Entiendo que vos hablás zulú, aunque escribís en inglés ¿Cómo manejas la relación entre las dos lenguas, el zulú y el inglés, en el momento de escribir?
B.M.: Escribo mucho más en inglés que en zulu. Pero muchos de mis poemas en inglés surgen de la traducción que ocurre en mi cabeza. Eso es casi natural. Cuando escribo en zulu, no estoy procesando ninguna palabra en inglés. Me encanta ese límite que me ofrece el zulu (capta mi atención completamente y me consume).
Mi intención es mucho más explícita sobre el escribir y el publicar en isiZulu, se trata de mantener el trabajo al mismo nivel que el que le doy a mi literatura en inglés. También hablo xitsonga, la lengua de mi madre, y isiNdebele, la lengua que se hablaba en mi casa. No aprendí formalmente estas lenguas, a pesar de que de hecho se trata de lenguas que hablamos en casa. Hay mucho trabajo por hacer, así que cada paso nos hace avanzar.
Toda lengua es política, decide a quién se invita a la conversación y a quién se deja afuera. Como en esta entrevista, que amplía la conversación sobre mí misma y sobre mi trabajo a los lectores de lengua española. Gracias.
APU: Se conoce muy poco de la literatura sudafricana en Argentina, con excepción de los premios nóbeles como Coetzee y Nadine Gordimer ¿Qué autores y autoras sudafricanas te interesan y por qué? ¿Qué tradición sudafricana rescatarías, cuáles son los libros más importantes para vos?
B.M.: Los trabajos de Keorapetse Kgositsile, Zakes Mda, Makhosazana Xaba, Es’kia Mphahlele, Bessie Head, Don Mattera; Lebo Mashile me hizo crecer como autora.
Los libros que mis hermanas publicaron en el mismo sello que yo: Vangile Gantsho, Sarah Godsell, Danai Mupotsa (estos libros fueron mi salvavidas).
Vuyelwa Maluleke, Koleka Putuma, Keletso Mopai, Xolile Mabuza. De muchas maneras, estos escritorxs tuvieron el coraje suficiente para escribir y contar mi historia.
En Sudáfrica, me gustaría ver cómo se cierra la brecha entre los escritores viejos y los jóvenes. Como país que lleva sólo 30 años de democracia, mucha de la literatura producida por escritores negros durante el apartheid y la colonización está fuera de circulación. Me gustaría presenciar más de estas conversaciones transgeneracionales que ocurren a través de los textos.
APU: Por último, en qué estás trabajando ahora.
B.M.: Cruzo los dedos para que mi manuscrito del libro de poemas salga por fin al mundo. Pero lo que actualmente me ocupa es la edición y la revisión de mi colección de cuentos cortos.
“Toda lengua es política, decide a quién se invita a la conversación y a quién se deja afuera”.
Marca de nacimiento (de SURVIVING LOSS)
La madre de mi madre ha tenido este sufrimiento por mi madre. Mi madre ha tenido este sufrimiento por mí.
Así es como heredo una cicatriz.
* Entrevista en inglés y traducción: Marina Porcelli.