La energía debe ser herramienta del desarrollo nacional, por Julio De Vido y Roberto Baratta
Por Julio De Vido y Roberto Baratta
Lo sucedido en los últimos días puso nuevamente la Política Energética en boca de todos, sí hasta del propio Mauricio. Y como Mauricio es Macri, hay que recordarle que en los nefastos 4 años de su gobierno no hizo otra cosa que aumentar las tarifas de luz y de gas en más del 3000 %, dolarizando el precio de estas. De esa forma, convirtió en un producto suntuoso el consumo de dichos servicios para la mayor parte de los asalariados usuarios residenciales. Para nuestra industria, y sobre todo nuestra pymes y comercios el golpe fue letal perdieron de un día para el otro la ventaja competitiva que significaba pagar precios de energía con costos nacionales. Los pocos que pudieron trasladar estos mayores costos a sus precios subsistieron, el resto tuvo que cerrar sus puertas o bajar sus persianas.
Hubo un evidente e intencional transferencia de renta de un sector a otro, en este caso las distribuidoras eléctricas Edenor y Edesur, dos de las grandes beneficiarias. También estas empresas recibieron durante esa etapa una condonación de deuda que mantenían con el Estado Nacional de aproximadamente 12 mil millones de pesos.
El objetivo buscado con esta política empezó a tener su efecto y, Macri, terminó su mandato con el uso de la capacidad instalada de la industria por abajo del 40 %, con niveles enormes de pobreza y desempleo. Liquidó a gran parte de nuestras industrias pymes y comercios. La energía dejo de ser una necesidad en nuestro país dado que eliminaron el consumo interno para de esa forma justificar los supuestos saldos exportables de gas.
Por supuesto, como se pudo ver con el Apagón del gobierno de Macri y como lo ocurrido esta semana, certifica que dichos aumentos no fueron aplicados a realizar inversiones importantes ni incluso al mantenimiento de las redes. Esto, además, se verifica con solo revisar los balances de estas empresas durante esos años y ver las enormes ganancias que obtuvieron. Ganancias que una vez retiradas salieron de nuestro país. Según sus propios balances los años de mayores inversiones fueron 2012, 2013 y 2014.
Por supuesto los voceros del macrismo y los supuestos especialistas, pagos por estas mismas empresas (la mayoría de los cuales en un lugar u otro formaron parte del gobierno macrista y que volvieron a fracasar) insisten que el problema central se resolvería con un nuevo aumento del precio de la energía para que la tarifas vuelvan a estar dolarizada. Una falta de respeto a la inteligencia y memoria de nuestro pueblo.
Cuáles fueron las causas del Apagón histórico del gobierno macrista ¿? LOS NEGOCIOS. Si por permitir seguir exportando gas a Chile en pleno invierno del año 2019 y ante una demanda alta de gas por las bajas temperaturas de ese mes de junio sobrecargo una de las líneas que provienen de Yacyreta, la otra estaba increíblemente en esa época en mantenimiento, para poder hacer frente a la demanda eléctrica de nuestro país sobre todo dentro del área metropolitana.
Mientras tanto parte de parque térmico de generación, incluso ubicado en el área metropolitana, no estaba siendo utilizado por falta de gas. Las consecuencias fue un bochornoso apagón de casi 24 horas que no solo afecto a nuestro país sino incluso a ciudades de países limítrofes con los cuales estamos interconectados.
Desde el año 2003 y hasta el año 2015 los SUBSIDIOS fueron una Política de Estado que sirvieron para que el acceso y consumo de los servicios, en este caso luz y gas, no fueran una carga pesada para el bolsillo de los argentinos para que las industrias tuvieran una ventaja competitiva para exportar y para dinamizar la producción y el consumo de nuestro mercado interno, principal sostén de nuestra economía y del nivel de empleo.
Subsidiar estos servicios permitió que nuestro país viviera el mayor crecimiento de su historia a lo largo de esos años. Crecimiento que motivo que la industria utilice casi el 100 % de su capacidad instalada. Los subsidios eran parte del sueldo, volvían a la economía a través de un mayor consumo, una mayor recaudación generando un círculo virtuoso que dinamizaba nuestro mercado interno y la generación de empleo,
Nunca se subsidio a las empresas, siempre el subsidio de la energía lo recibía directamente el usuario residencial comercial o industrial a través del precio que pagaba en su factura.
El Estado Nacional ya demostró como sucedió con Aysa, Aerolíneas, Correo Argentino, el espectro radioeléctrico que puede gestionar y administrar este tipo de empresas donde el objetivo del negocio no es solamente la rentabilidad, sino que estén al servicio de nuestra gente y del crecimiento de nuestro país, también por supuesto YPF, pero esto será motivo de otra nota.
El 11 de mayo del 2004 día del Lanzamiento del Plan Energético Nacional NCK decía: “No queremos mirarlo más desde la tribuna, queremos estar allí donde se esté discutiendo la ecuación energética y donde se están discutiendo los intereses de la Argentina” … “Argentina va a crecer y va a necesitar más energía”
Algunos resultados 11 años después: 5.500 Km de Líneas De Alta Tensión que permitieron unir al Sistema Interconectado Internacional a 11 provincias conectando a más de 4 millones de nuevos hogares; 3,330 km de gasoductos troncales incluyendo el segundo cruce del Estrecho de Magallanes lo que entre otras cosas permitió no solo hacer frente al crecimiento económico sino además para incorporar más 2.100.000 hogares al consumo de gas natural; 12,500 de MW de potencia incorporados en todo el país; la terminación de la Central Nuclear Néstor Kirchner y de Yacyreta. Se encuadran dentro de los hitos más importantes. Se duplico el consumo residencial de energía sumando calidad de vida en nuestros hogares.
Se Invirtieron, hasta el año 2015, 24.455 millones de dólares, constituyendo la mayor inversión en obras de energía en la historia de nuestro país.
También se lanzaron distintos programas y planes para incentivar la inversión privada, solo por mencionar uno de ellos: Gas Plus en el año 2008 que permitió el descubrimiento de los yacimientos de gas y petróleo no convencionales entre ellos Vaca Muerta.
Estos programas, inversiones tanto públicas como privadas fueron motorizadas desde el Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Planificación Federal.
En materia de distribución eléctrica existía en esos años un fondo denominado FOCEDE donde todos los usuarios pagaban un ínfimo porcentaje de la tarifa en su factura para obras, fondos que solamente las empresas podían usar con ese fin, que era gestionado por el Ministerio de Planificación y controlado por la UBA, la UTN y la AGN.
En ese año se invirtieron 2.991.000 000 millones de pesos en 2208 de obras en las áreas de Edenor y Edesur a través de ese fondo para obras.
Esa inversión permitió la incorporación de 20 Transformadores de Alta Tensión, el reemplazo de 1053 transformadores de baja tensión, se construyeron 467 km de redes en media tensión y 556 km en redes de baja tensión.
Además, se instalaron 3 nuevas Subestaciones en Villa Santa Rita, Liniers Y Azcuénaga.
Los municipios ejecutaron 500.888.666 millones de pesos en distintas obras eléctricas financiadas por el Estado Nacional.
Fueron los años donde se construyeron las ultimas sub estaciones, donde se renovaron y ampliaron la capacidad de transformación, donde se renovaron y ampliaron las redes de distribución. Donde se planificaba se invertía en los lugares de mayores consumos, pero también y de la mano de los intendentes en los lugares de mayores necesidades.
¿Qué sucedió con ese fondo para obras? El macrismo se los dejo a las empresas, pero le quito la obligación de utilizarlos para obras, es decir, desapareció… pero no de tu factura.
También hoy las empresas de distribución eléctrica, sobre todo Edenor y Edesur, tienen una deuda monstruosa con Cammesa y con el Estado Nacional.
Los cortes por distribución eléctrica que tuvimos los últimos años de nuestra gestión, se dieron en un contexto económico y de actividad comercial e industrial muy diferente al que había al momento del Apagón que sufrió el gobierno de Macri, pero también con el contexto actual. Para ponerlo en números la mayor cantidad de usuarios que estuvieron sin luz en un momento determinado en nuestra gestión fue a principios del 2014 con 250 mil usuarios, esta semana fueron 750 mil usuarios, y con Macri todo el país incluso ciudades de países limítrofes.
También es verdad y no solo ocurre en la Argentina sino en todo el mundo que ante temperaturas elevadas como las de esta semana y cuando esta denominada ola de calor dura varios días es inevitable que existan cortes de distribución eléctrica. Las diferencias radican en que contexto de actividad económica ocurren, con que niveles de consumo tanto residencial como comercial que por supuesto tienen relación directa con el nivel de tarifa.
Otra gran diferencia es la Planificación energética y el manejo de la demanda, Cuando hablamos de Planificación nos referimos a los recursos con los que el sistema energético cuenta para hacer frente a esta ola de calor o a los días de frio extremo. Esta Planificación no empieza esos días ni días o semanas antes. Una de las fuentes más importante de generación eléctrica es la energía hidroeléctrica donde nuestro país básicamente cuenta con tres cuencas importantes una es la del Paraná a través de la represa binacional de Yacyreta, otra en menor medida la del Uruguay a través de la represa binacional de Salto Grande. La tercera es la cuenca del Comahue donde básicamente la acumulación de agua se da por las lluvias o por los deshielos y donde es posible almacenar niveles de agua importante. Estas reservas de energía son fundamentales para utilizar en los días de mayores consumos tanto en verano como en invierno. Además, este tipo de generación tiene la ventaja adicional que la materia prima es el agua y por lo menos hasta ahora la lluvia o el agua de deshielo es gratis. El gas por supuesto es la materia prima más importante para la generación de energía eléctrica en la Argentina dado que en nuestro parque de generación, la llamada generación térmica prevalece sobre el resto. El gas como materia prima, en general, puede ser reemplazado por gasoil o fuel oil pero los costos sobre todo del primero son mucho mayores y además es importado. Cuando las maquinas térmicas generan con gas oil pierden potencia y energía asociada y requieren de mantenimientos con mayor frecuencia y más costosos. Por eso en una adecuada planificación este modo de generación se utiliza en invierno cuando los niveles de gas disponibles son menores por el mayor consumo residencial.
Durante este último año, al igual que en el gobierno de Macri, se utilizaron para generar electricidad estas reservas hídricas en momentos no necesarios para de esa forma poder exportar gas a Chile, reemplazando la generación térmica por generación hidráulica. También es un contra sentido y un riesgo enorme e innecesario estar en estos momentos exportando gas y utilizando gasoil en nuestro parque de generación. Estos dos hechos limitan seriamente en estos días la potencia y energía disponible para hacer frente a las altas demanda.
La excusa utilizada para justificar la exportación de gas en estas condiciones es la famosa balanza comercial energética de nuestro país. Mentira que sea cara, rápidamente, al comparar el precio del gasoil importado contra el precio de exportación de gas de nuestro país. Y mucho más aún si se lo compara con el costo de nuestra generación hidráulica. Como vemos no solo perdemos divisas sino además potencia y energía para hacer frente a estas altas demandas.
El Estado Nacional asume estos mayores costos para que algunos empresarios exporten gas.
Hay que dejar dos cosas en claro. La primera es que el problema no es tener una balanza energética deficitaria, por el contrario, las principales potencias del mundo la tienen, El problema radica en el destino que uno le da a sus recursos naturales donde el primer objetivo deber ser el mercado interno, en nuestro país aún tenemos provincias, ciudades y localidades que no tienen gas, Por eso es fundamental, entre otras cosas, terminar la construcción del GNEA conectando a los usuarios residenciales comerciales e industriales. Además, re licitar el tramo que falta para llevar el suministro a las provincias de Misiones y Corrientes.
El segundo punto radica en monumental negocio que hacen unos pocos con nuestros recursos si se compara el precio de exportación local con el precio de venta de nuestro gas en los países vecinos. Esa enorme plusvalía no queda en manos ni de nuestro país ni de las provincias productoras de hidrocarburo. Por eso construir un gasoducto de exportación de gas a Brasil es un mal negocio para nuestro país, es entregar una parte de nuestra soberanía de nuestros recursos porque quedamos atados a un único comprador.
Hay otro destino más redituable para darle a nuestro gas de Vaca Muerta, un destino que significa no solo no perder la soberanía de nuestro recurso y que el verdadero precio internacional del gas quede en nuestro país, en las provincias productoras de hidrocarburos en los trabajadores del petróleo y gas, incluso una mayor ganancia para las empresas privadas.
No caben dudas que el primer paso que se debe dar es aquel que quedo trunco en el año 2014: que las distribuidoras eléctricas del área metropolitana Edenor y Edesur sean administradas por el Estado Nacional, los motivos son los incumplimientos que están a la vista desde hace varios años. Quizás en aquel enero del 2014 no supimos explicar la importancia de tal decisión o quizás prevaleció la opinión de funcionarios con una visión muy distinta de las necesidades del país o, quizás, la respuesta este en las consecuencias que tanto nosotros como nuestras familias tuvieron que pasar. Nadie está obligado a ser valiente o quizás simplemente no se nace con ese don.
Para retomar ese camino que se paralizo en el año 2015 tiene que haber una firme decisión política, convicciones inquebrantables, porque del otro lado por supuesto hay intereses económicos muy grandes que trascienden nuestra frontera, pero cuando uno dice defender un gobierno nacional y popular este el único camino.
Pero como decía NCK: “Mañana tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados. Pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos animamos a pelear”.
*Artículo publicado originalmente en Identidad Colectiva.