Patricia Bullrich, ministra de Inseguridad
Por Paloma Baldi
Patricia Bullrich justificó la represión a los docentes en TN: "La policía estaba parada y los docentes les pegaban patadas por abajo", dijo. ¿Cuál es la lógica de pensamiento de la ministra de seguridad de la nación argentina? ¿La del ojo por ojo?
Desde el comienzo, la gestión Cambiemos mostró los dientes a todo aquel que estuviera dispuesto a poner en jaque su política anti-pueblo en la calle. Porque, en definitiva, la calle es siempre un lugar de encuentro y confluencia de demandas, un espacio donde se puede gestar una oposición.
El protocolo anti-piquetes empezó como una amenaza, casi como un “ladran, pero no muerden”, que de a poco se empezó a efectivizar. Recuerdo las primeras conclusiones: “lo aplican cuando se trata de poca gente”, decían. Los zócalos de los medios masivos eran un pedido incesante por su aplicación efectiva, lo que de alguna manera dejaba entrever que todavía el aparato represivo del estado no estaba poniendo todos los naipes sobre la mesa ¿quién mejor que el periodismo canalla para abrir camino a una ofensiva contra la movilización popular?
La carpa blanca de los docentes es un símbolo de resistencia. Igual que los pañuelos blancos, igual que el llanto de los jubilados. Hay una frase de Néstor Kirchner que adelanta la conclusión de este análisis: “¿Cuál es la audacia? ¿Débiles con los fuertes y fuertes con los débiles?” Bueno, este remake recargado de los ‘90 parece haber aprendido la lección, presentan al lobo feroz disfrazado de caperucita o, mejor dicho, a las fuerzas represivas al ritmo de “all you need is love”.
Cambiemos señala con el dedo al proceso político anterior, ese es su escudo. “El relato”, le dicen. Esta es una operación que se desprende del ABC del pensamiento liberal, una regla a través de la que opera para construir hegemonía. Consiste en presentarse a sí mismo como una visión de mundo natural, neutra; mientras que todo aquello que escapa a sus parámetros es peligroso para la democracia: "Bueno, ahora vamos a ver cuántos docentes paran y cuantos aceptan esta realidad”, dijo la ministra ¿Qué será ‘la realidad’ para Bullrich? ¿Una Argentina en la que el que protesta recibe golpes? ¿Y qué de aquellos que no estén dispuestos a aceptar esa ‘realidad’?
"Ahora, dejar de vuelta a los chicos sin clases...", dijo Patricia en tono de lamento. Preguntemos entonces: ¿Ahora, pegarle a los maestros? ¿A los que reclaman por un aumento de salario que no desconozca la suba de la inflación?
Su relato empeoró. Aseguró que el gobierno de la ciudad actuó “como debía” y siguió diciendo que “y resulta que eso dio la excusa para otro día de paro". También habló de las gestiones sindicales como fuerzas extorsivas y concluyó asegurando: “Cambiemos está en ese camino fuerte y no nos vamos a dejar doblegar por los que quieren volver al pasado que ya vivimos”.
Si Cambiemos está en “ese camino fuerte”, entonces: que pisen fuerte los maestros, que pisen fuertes las mujeres, que pisen fuerte las organizaciones del pueblo. Este no es el único camino posible. Esto es, a penas, un espejismo de seguridad.