Alejandro Rizzotti: "La falsa creencia que los músicos de Kiss mataban pollitos en escena nació en Argentina"

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    Kiss con Rizzotti
    Foto: Archivo Alejandro Rizzotti
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Alejandro Rizzotti: "La falsa creencia que los músicos de Kiss mataban pollitos en escena nació en Argentina"

05 Febrero 2023

Alejandro Rizzotti nació en la provincia de Córdoba hace 39 años, es diseñador gráfico y fanático de Kiss. En diálogo con Agencia Paco Urondo recordó el momento en que descubrió y se convirtió en cultor de la banda norteamericana, de los míticos y fallidos shows en La Bombonera en 1983 y de la historia de Kiss Army que nuclea a los fans de todo el mundo. Además se expresó sobre la inolvidable experiencia de haber conocido en persona a los integrantes del grupo y de las muchas y a veces despiadadas críticas de la prensa y que de alguna manera fue el origen de Kiss en Argentina: “Siempre me atrajo lo que principalmente la prensa local decía sobre los músicos norteamericanos, la falsa creencia que se originó aquí en Argentina que pisaban pollitos. La denuncia que los músicos eran satánicos, y que Kiss significaba en realidad Knights In Satan Service, (Caballeros al Servicio de Satán),  o que a Gene Simmons le habían injertado una lengua de vaca. Por eso es que me pareció buena la idea de poder trabajar en esa historia jamás contada”, explicó.

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo surgió la idea de escribir Kiss en Argentina (2022), libro que editó Gourmet Ediciones?

Alejandro Rizzotti.: Desde muy chico me gustó coleccionar bibliografía y leer revistas, diarios, artículos y recortes sobre la banda. Y desde entonces me persiguió el sueño de escribir sobre ellos. De hecho, hubo un par de intentos de biografías o cosas así, hasta que en el 2016 se me ocurrió hacer algo puntualmente basado en la historia de Kiss en Argentina. Porque, sinceramente, siempre me atrajo lo que (principalmente) la prensa local decía sobre los músicos norteamericanos, criticándolos de manera exagerada por cualquier cosa. Por eso es que me pareció buena la idea de poder trabajar en esa historia jamás contada.

APU: Recuerdo las críticas que salían de una sociedad muy conservadora y pacata que veía horrorizada la androginia de Paul Stanley, por ejemplo.

A.R.: Tal cual, o la falsa creencia que se originó aquí, en Argentina, que pisaban pollitos. O la denuncia que los músicos eran satánicos, y que Kiss en realidad significaba Knights In Satan Service, (Caballeros al Servicio de Satán),  que a Gene Simmons le habían injertado una lengua de vaca y que Ace Frehley en realidad era una mujer porque entre el pelo y el maquillaje no se le veía la cara. Un montón de cosas que a los chicos de aquella época les llamaba muchísimo la atención y a los padres profundo rechazo. Y si bien en todo el mundo tuvieron problemas, acá, cada vez que existía la posibilidad de una venida se armaba un revuelo nacional que tiraba todo para atrás.

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Kiss con el libro
Foto: Archivo Alejandro Rizzotti

APU: ¿Se te hizo muy difícil tomar distancia del fan que sos para poder escribir sobre una banda que tiene una historia muy grande con nuestro país?

A.R.: Todo el tiempo traté de despegarme del papel del fan cegado, ese que defiende todo lo que hace el artista que le gusta, y ser lo más objetivo posible. Y si bien Kiss es mi banda favorita, no los pongo en un lugar como si fuesen dioses. Por eso si hay algo que no comparto, prefiero no darle mucha importancia y enfocarme siempre en la parte positiva. Para el libro, además, utilicé gran parte de mi colección, también aportes de otros coleccionistas como las entradas al cine de la película Kiss contra los fantasmas (1978) o los tickets para la presentación en Boca que se canceló. Y si bien quedó mucho material afuera, estoy bastante conforme con todo, porque fue fundamental el trabajo del periodista Nicolás Igarzábal quien me ayudó a organizar y a diagramar con correcciones e ideas haciendo que el libro sea más literario.

 APU: ¿Cómo conocedor de la historia y la obra de Kiss ¿En donde pondrías las críticas para hacerle al grupo? 

A.R.: Son varias las cosas que no me gustan pasando por discos, formaciones, etc. Pero como te decía antes, trato de no hacer foco en eso. Porque además, el kissero, últimamente, tiende a quejarse mucho, sobre todo por la formación actual. Debido a que hay dos miembros, el baterista Eric Singer y el guitarrista Thommy Thayer que reemplazan a los fundacionales Peter Cris y Ace Frehley, respectivamente. Usando sus trajes y maquillajes, lo que generó entre un número importante de fans una pequeña “grieta”.

APU: Para la tapa del libro elegiste la formación original y el prólogo lo escribió Bruce Kulick, uno de los guitarristas que tuvo la banda en su historia ¿Cuál fue el motivo de ambas decisiones?

A.R.: En cuanto a la tapa te cuento que muchos me criticaron o no entendían el por qué de esa elección. Porque si te quedás solo con el título, te da la idea que mi libro habla solamente sobre los shows. Pero la historia de Kiss en Argentina empieza en 1976, cuando el sello Microfón lanza el primer disco en nuestro país con Gene Simmons, Paul Stanley, Peter Criss y Ace Frehley como integrantes. Y con respecto al prólogo, se lo pedí a Kulick porque es el miembro con el que más veces estuve y aún hoy sigo intercambiando mails. Y quería que contara en primera persona lo que fue la primera visita de Kiss a la Argentina en 1994, que incluyó el concierto en la cancha de River Plate en el marco del Festival Monster of Rock y las cuatro presentaciones en Obras Sanitarias,  ya que él fue el guitarrista en aquella oportunidad. Además, es alguien que tiene experiencia y escribe muy bien ya que fue quien hizo el primer fanzin de la banda para Latinoamérica que se llamó Kissmanía.           

APU: ¿Cómo descubrís a la banda, conectás con el mundo Kiss?

A.R.: Te diría que un poco de casualidad. En esa época tenía 12 años y era fan de Nirvana. Hasta que gracias a un amigo del colegio que tenía un hermano que había grabado en cassette Dressed to kill (1975), conocí el tercer álbum de la banda. Y también a un primo un poco más grande que le gustaba el rock y que me regaló una remera de Kiss. Después terminé de conocerlos en la gira reunión que hicieron en 1996, ya que hubo un movimiento mediático muy grande alrededor del grupo que incluyó un programa especial que se emitió por la señal de cable Music Television (MTV), que se llamaba Hora prima.

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El beso en La Boca que no fue

APU: Contanos algo acerca de los shows cancelados en el estadio de Boca Juniors en 1983.

A.R.: Ese capítulo es uno de los que más me gustó hacer. Durante la investigación pude hablar con Chris Lendt, quien era el tour manager de la banda en esa época y el encargado de negociar los conciertos en Argentina y Brasil con Demorcs Producciones. En la entrevista me contó, por ejemplo, que Paul y Gene no querían venir a Buenos Aires porque nos veían con una tecnología  muy primitiva. Tengamos en cuenta que el único show internacional a nivel estadio que se había hecho en Buenos Aires hasta entonces había sido el de Queen en Vélez, en 1981. Y no querían bajar el estándar de su espectáculo en cuanto a tener que reducir puesta en escena, luces y sonido. De todos modos, en ese momento, Kiss en EEUU había bajado bastante la popularidad debido a que su disco Creatures of the night (1982) no había funcionado muy bien, por lo que cualquier oferta que viniera del exterior era tenida en cuenta. Y cuando finalmente aceptan bajar a Sudamérica para actuar, ocurre la cancelación de los recitales previstos en La Bombonera que cuento con muchos detalles en mi libro,

APU: Por esa época también aparece Lick it up, disco en el cual Kiss se va quitar el maquillaje por primera vez  ¿Por qué la banda toma esa decisión?

A.R.: Para entonces llevaban 10 años como banda y ellos, desde un principio, habían tomado la decisión de no mostrarse en público sin maquillaje. Lo que generaba un enigma y un juego con la prensa estadounidense también. Hasta que en el ’83 y habiendo ingresado nuevos integrantes, Vinnie Vincent en guitarra y Eric Carr en batería, decidieron dar un volantazo estético y también comercial haciendo esta movida bastante arriesgada, pero que finalmente les salió bien. Tocaron por todos lados, editaron discos y se volvieron a pintar las caras recién en 1996 cuando volvieron los miembros originales Ace Frehley y Peter Criss.

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Kiss con el libro
Foto: Archivo Alejandro Rizzotti

APU: Otra particularidad que tiene la banda es la enorme legión de seguidores que tiene por todo el mundo y que se nuclea en la famosa Kiss Army ¿Qué nos podes contar al respecto?

A.R.: Kiss Army es un fans club que nació en 1975 cuando unos chicos de Illinois (EEUU) llamaban a las radios para que pasen la música del cuarteto porque sus temas no eran muy difundidos. Entonces se creó un ejército de fanáticos que les decían a los dueños de las emisoras que si no accedían a sus pedidos, ellos iban a manifestarse y rodear las estaciones radiales. Esto fue tomando popularidad y se fueron armando distintas sedes en todo el mundo. En Argentina hubo varios intentos de tener la nuestra en los ‘80 que no prosperaron hasta el 2010. Año en que hubo un auge en Latinoamérica de la Kiss Army, se abrieron espacios en Colombia, Ecuador, Venezuela y Bolivia.

APU: ¿Cómo amante y cultor de su música, qué significó para vos poder conocer a los integrantes de Kiss en persona?

A.R.: Afortunadamente pude conocer a los ocho miembros de las distintas etapas de Kiss que siguen vivos y tener autógrafos de ellos en varios de mis discos. Me confieso bastante cholulo en ese sentido (risas). Tuve la suerte de estar en tres cruceros para fanáticos que llegan de muchas  partes  del mundo y que todos los años salen desde Miami. Y si bien son instantes, el poder tener una foto con ellos maquilados y vestidos como personajes, fue un sueño de toda mi vida que pude cumplir.