Emanuel García López: “El clima lo hace la gente y cuanto mejor es, más copado estoy y mejor va a ser mi ejecución”
Emanuel García López, hijo del recordado guitarrista, conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre su relación con su padre Carlos Alberto, el “Negro”, la herencia recibida y su propia carrera como músico.
Agencia Paco Urondo: Sos portador de un apellido ilustre dentro del rock por ser tu padre un extraordinario violero, pero también por ser una buena persona.
Emanuel García López: Sin dudas. Me pasó siempre y después del accidente que tuvo mi viejo, mucho más: la gente me detiene para hablar, voy a algún evento o a tocar a algún lado y tengo anécdotas buenísimas de personas que vienen y me dicen tu viejo así o asá. Todos coinciden en que era un gran tipo, una persona muy alegre, copado, humilde, sencillo. Era una persona especial, siempre lo sentí así. Muy buena gente y muy buena madera, se hacía querer.
APU: Era inevitable empezar por ahí porque heredaste tantas cosas de él: la forma de agarrar el instrumento, de pararte, tu manera de interpretar, sos muy parecido a él no sólo en lo físico y me imagino que te han confundido mucho con él.
E.G.L.: Respecto a lo que tiene que ver con la ejecución del instrumento, no está bien que lo diga yo. Pero con respecto a lo físico me ha pasado muchas veces, hasta me he sorprendido de personas que se han quedado totalmente helados, que me han dicho “te veo y en un momento lo vi a tu viejo”.
Me pasó con una persona mayor cerca de mi casa. Estaba en un evento y una persona se me acercó y se quedó mirándome. No sabía quién era yo exactamente, pero me miró y se emocionó. Alguien le comentó que era el hijo del Negro y él dijo “la verdad que me pareció que sí, porque lo vi igual”.
APU: Y de vuelta me hago cargo, a la hora de verte tocar es imposible no recordarlo porque tenés la misma parada, la misma forma de ejecutar.
E.G.L.: Me pasó en una radio, hace poco, que una persona dijo lo mismo que vos, que a ella la emocionó el parecido con mi papá en el momento de tocar. Bueno, hay gestos, cuestiones de familia, también.
APU: Una de las últimas veces que lo vi en escena fue en un festival realizado por los afrodescendientes, una causa que él también hacía propia.
E.G.L.: Totalmente, porque nosotros somos afrodescendientes. Es un primo nuestro quien está al frente de un movimiento muy lindo que buscan defender derechos y cuestiones del afroargentino.
APU: ¿Cómo recordás tu infancia a la que imagino jugando con la música, con algún instrumento, y los primeros encuentros de aprendiz, ya con la guitarra, de la mano de tu viejo?
E.G.L.: Siempre dije que yo no tenía un moisés, tenía un Marshall (risas). Es un chiste mío de siempre. Para que te des una idea, en el lugar donde yo ensayo, justo debajo lo hacía mi viejo y antes de él, mi abuelo. He vivido muchísimas cosas, lo que más me acuerdo en mi adolescencia, es quedarme a la noche con mi papá porque él estaba componiendo, grabando maquetas y cosas por el estilo, y alguna que otra vez me decía “hace tal cosa en el teclado, acá, quédate así”. No era como ahora que es mucho más fácil, tenía una grabadora a cassette, grababa unas cosas y después tenía que ir reproduciendo y grabando encima.
La guitarra empezó, para mí, como creo que lo hace la mayoría: tocar solamente por querer tocar. Tipo fogón, sacar canciones. Después, en mi adolescencia, en un show de mi viejo pasó algo que dije “yo quiero hacer esto” y ahí me puse a estudiar, a llevarlo a otro nivel.
APU: Y te imagino acompañando a tu viejo alguna gira o concierto, estar en un ensayo con Charly, con Los Enfermeros, algo muy formativo para vos.
E.G.L.: Ahí también tengo recuerdos. De cuando mi viejo estaba con La Torre, por ejemplo, que yo iba a los ensayos y tocaba la batería, Patricia Sosa diciendome en donde tenía que pegarle, cosas que me acuerdo de muy chiquito. Salir del estadio de Obras donde mi viejo había tocado de invitado de Pastoral. No sé por qué me acuerdo solamente de la salida, era muy chico, pero tengo esos flashes y son todos muy grosos. No sé qué que habrá de todo eso que me haya llevado a la música. Creo que fue más verlo a mi papá a tocar y, como todo, el padre es el primer ídolo de uno.
Mi papá tenía una gran personalidad, era carismático, una persona que se hacía querer mucho y seguramente me sentía muy atraído por todo eso. Una vuelta le dije “tengo un regalo que me dio, para vos, tu fan número uno”. “¡Vos!”, me dijo. “Sí, pero otro”, le contesté.
APU: Demostrando la admiración por el guitarrista que era.
E.G.L.: Sacando la cuestión familiar, como guitarrista tenía el privilegio de estar hablando con uno de los mejores del país, de igual a igual. Compartir opiniones, hablar de gustos, cuestiones musicales y cosas así. En su momento, por ahí, no caía, pero después me quedaba reflexionando, diciendo “guau, qué bueno”. Porque él me compartía un montón de vivencias, de sus experiencias. Que me escuche a mí hablar sobre guitarra, sobre música era increíble. Se quedaba hablando conmigo como si yo fuese alguien que estaba a la par de él.
Lo hacía con todo el mundo, no solamente conmigo. De hecho, me exigía muchísimo. Siempre sentí que me exigía mucho, nunca lo tomé mal. Me gusta eso, la exigencia cuando no sé y hay alguien que realmente lo sabe, me gusta que me baje línea, que me expliquen. Tampoco me pongo quisquilloso en cómo me lo dicen, acepto la corrección.
APU: Así como tu papá también se subió el escenario con Las Pastillas, con Nonpalidece, con Charly, con tantísima gente de diferentes palos, vos también sos un tipo que no le escapa a ningún estilo.
E.G.L.: Es verdad, disfruto mucho eso, disfruto estar tocando, compartir la música y eso es genial. Disfruto ejecutar la guitarra, no me preocupa tanto el estilo, siempre y cuando sea uno que yo considero lindo. Creo que actualmente se escuchan cosas que no aportan mucho a lo cultural, y me refiero a que no se necesita estudiar para hacerlas. No digo que nadie estudie, hay gente que toca los géneros de ahora y son personas que tienen mucho conocimiento musical. Pero el hecho de usar un autoafinador y cosas por el estilo, abusar de eso, más que utilizarlo como una herramienta… vamos a terminar escuchando un robot, el día de mañana, cantando y componiendo.
Fuera de esas cosas que no comparto, me gusta tocar absolutamente todo, hasta tangos, folklore, no es lo que más he tocado, pero me encantan ambos estilos. Son cosas que me gustan mucho y más cuando estás bien hecho. Soy una persona que ama el arte, no sé nada de de pintar, pero veo un alguien que la rompe pintando y puedo estar media hora mirando. Admiro la gente así, que tiene ese capacidad, ese talento, que se dedica a algo y lo hace bien, son cosas que me atrapan mucho.
"Entre lo que seleccioné y trabajamos tenemos para hacer cuatro discos".
Con respecto a los géneros, me gustan muy variados; toco rock, blues, hard rock. He tocado heavy en un tiempo, y también funk. Me gusta el soul, he hecho canciones de pop a las que me han invitado. Reggae también, porque he tocado de invitado con “Nonpa”, unos genios totales, me han presentado gente del ambiente que son todos hermosos. Eso me gusta me gusta compartir, por eso está buenísima esa fusión y unión de estilos. Mi estilo, hoy, de alguna manera es una mezcla de un montón de cosas que he tocado siempre.
APU: Te gusta tocar en jams, en zapadas. ¿Qué sentís que te aporta?
E.G.L.: Con eso tengo algo especial, porque al principio no me gustaba. Cuando empecé con la música, que me puse las pilas, a estudiar y fui mejorando, componía canciones, la escuchaban algunos amigos míos, mi viejo, pero no tocaba en vivo. Y disfrutaba muchísimo que sea así, porque era para mí, me quedaba noches enteras grabando. Me ponía con la guitarra y a veces amanecía, grabando cosas y demás.
De a poco, eso fue saliendo. Mi papá me decía “andá a tocar, que te vean, escuchen lo que estás haciendo que está buenísimo”. A la segunda me dijo “si querés vamos juntos”, cosa que no se dio. Después fui a una de las jams con un amigo que me invitó y no tuve una buena experiencia, la primera vez no me gustó, lo vi muy frío. Venía tocando en vivo en esa época, había tenido una banda de heavy, otra de blues. Sentí que era un ambiente donde era a ver quién hacía mejor las cosas.
APU: Como una competencia de egos.
E.G.L.: Como si fuese una competencia de egos y a mí me cuesta mucho eso, que me vengan a hablar de como yo hago las cosas. Si las hago mal, las acepto rebien; si las hago bien, prefiero que no me las digas. Me sentía incómodo, fui un par de veces hasta que un día dije le dije a mi amigo que lo quería muchísimo, pero que no me invite más porque no la pasaba bien. Con el tiempo, un amigo que tenía La Fondita y una banda propia, de Avellaneda, me dijeron de tocar, de hacer jam y le dije que no me gustaba.
Me explicó “esto lo hacemos entre nosotros, lo vamos llevando”, fui y la verdad que ahí pegué una onda buenísima con un montón de músicos que conocí, todos iban con la intención de disfrutar, de pasarlo bárbaro, inclusive gente que no era músico que iban a pasar un buen rato. Después se pasaron a Blues Special y ahí también toqué. Creo que tiene que ver con el clima que hay. Vamos a decir la verdad, el clima lo hace la gente.
Me encanta tocar en vivo y no soy un guitarrista que arma todos los solitos para que salgan como en el disco, me cuesta muchísimo hacer eso en vivo porque soy más de lo que me nace en el momento hacer. Y para eso, El clima lo hace la gente y cuanto mejor es, más copado estoy y mejor va a ser mi ejecución, voy a estar más conforme y todavía más feliz.
APU: Hace un tiempito ya que estás explorando el rol de productor ¿Cómo te llevas con eso?
E.G.L.: Tiene que ver con mi formación, todo lo que estudié y con quiénes. Mi último profesor, que me enseñó muchísimo, es capo de armonía funcional, ha escrito muchos libros, algunos de ellos con Claudio Gabis. Eso me quedó, me quedaron grabadas clases de armonía que me ayudaron mucho en la composición. Tengo tangos, reggaes, estilos que toco, pero no son mi género. Se me vienen melodías y grabo. Y quedan ahí porque no las voy a tocar. Así tengo un montón, tengo un banco de canciones enormes, alrededor de casi 400 de las cuales, registradas, debo tener unas 70.
Sucede que empecé a usar esas canciones para producir a otras personas. Siempre me pasó que escuchaba una canción o algo y decía “qué bueno, yo le haría esto acá, le haría esto otro allá”. Me pasó con bandas de amigos que me pedían los ayudara con la producción de un tema o de un disco, así fue como me fui metiendo y terminé aportando canciones mías para otros artistas. En especial, canciones que son de géneroz que yo no voy a hacer nunca. Así fue como me fui metiendo cada vez más en lo que es la producción, es algo que me gusta mucho, me divierte. Lleva mucho tiempo, soy muy quisquilloso y eso es un tema.
APU: Como que te cuesta tratar de cerrarla y se van acumulando, las melodías.
E.G.L.: No sólo eso. Viste que te dije en un momento que la música era muy para mí. Me cuesta todavía un poquito ciertas cosas, recién en este último tiempo lo estoy soltando mucho más, después de la pandemia. Después de la pandemia pasaron muchas cosas, he tenido tiempo de pensar y he tomado las cosas de otra forma. Estuve en México y vine de allí con otras ideas en la cabeza.
Estamos tratando de sacar las canciones, elegí muchas de ellas y las empezamos a trabajar con la banda, a grabar varias. Estamos en proceso de mezcla y masterización de dos que ya van a salir y después entran otras. Es como el horno, metés dos pizzas acá, tenés lugar para otras dos y vamos así. Pero para que tengas una idea, entre lo que seleccioné y trabajamos tenemos para hacer cuatro discos.
Elegir, para mí, también es difícil. No creo que sea fácil para nadie elegir cuando tenés opciones, pero siempre fui de elegir para mí las canciones que se identifican más con los artistas que me gustan, pero no son los más populares en este país. Le empecé a dar una vuelta de rosca y y creo que estoy haciendo que sean un poquito más amenas al público argentino.
Nosotros tenemos nuestro rock nacional, que tiene un montón de cosas. Con algunos peleo y digo “esto no es rock”, y es verdad. No vamos a entrar en polémica porque no pasa nada, pero por algo lo llamamos rock nacional. Entonces, le estoy dando una vuelta de rosca, trato que los shows sean más alegres, también. Siempre me gustó el blues, el hard rock y todo eso, y a veces elegir sólo de esas canciones hace que le guste solo algún grupo reducido de locos como yo.
APU: Tenés tantas canciones, tanta música y sos tan generoso que también entregás algunas líneas de melodías para otros artistas que estás produciendo.
E.G.L.: Con quienes te dan lugar, porque no todo el mundo te lo da. Y está muy bien porque cada uno tiene que… no sé si defender lo suyo porque ¿qué es lo suyo? Si no para qué querés un productor, que alguien produzca lo que vos hiciste. Es como decirte pinto un cuadro y llamo a alguien que venga y me diga qué le parece. Él me va a decir “yo le pondría sombras acá, le daría esto más allá”. Ya no es sólo mi cuadro.
También puede ser otro tipo de producción, de sonido. A mí me gusta hacer ambas cosas, puedo producir lo que es el audio aunque no soy ingeniero, aunque lo bueno está cuando se puede trabajar en la armonía, en la melodía, en ideas, porque dos cabezas son mejor que una y cuatro oídos van a andar mejor que dos.
Hay veces que se puede aportar y si da para que entre una melodía o algo que yo tengo que quizás no lo voy a usar nunca y a la persona le gusta y le suma, es genial. Creo que la persona que tiene la grandeza de decir “wow, el cuadro, así me queda espectacular”, es algo inteligente y no cualquiera lo hace.