Entre series y pandemia: ¿qué enseñanzas nos dejaron The Walking Dead, Years & Years y Revolution?
Una de las temáticas más exploradas en la ficción es la de los mundos post apocalípticos. Estas historias describen cómo es la vida después de una catástrofe que acabó con el mundo como lo conocíamos. En ocasiones es un virus que aniquiló a casi toda la humanidad. En otras son desastres naturales, provocados por el constante abuso de las personas sobre el planeta, que terminaron volviéndolo hostil. O, por ejemplo, simplemente nos invaden los zombies. Sea cual sea el escenario (también los hay futuristas y políticos), existe un elemento que persiste en todas las historias: la importancia de lo colectivo para sobrevivir.
En The Walking Dead —una de las series más famosas del género—, la historia comienza con el protagonista Rick Grimes (Andrew Lincoln) despertando, completamente solo, en un hospital. Rápidamente, se encuentra con otras personas que lo ayudan a volver con su familia y, una vez reunido con ellos, los tres personajes pasan a formar parte de un grupo de sobrevivientes. En ocasiones, algunas personas son capaces de sobrevivir por su cuenta. La serie lo ha mostrado con distintos personajes, como el de Michonne o Morgan. Pero a la hora de construir algo que dure, la trama demuestra que no podés hacerlo solo.
El objetivo final de la serie, entonces, deja de ser lo inmediato: el simple hecho de sobrevivir. ¿Sobrevivir para qué? Si no se construye algo superador al apocalipsis, ¿tiene sentido sobrevivir? Es entonces que el grupo de Rick deja de pensarse a sí mismo como sobrevivientes —o como un simple grupo—, y comienzan a buscar construir algo más: una comunidad.
La serie plantea objetivos superadores y, una vez establecida la comunidad, se vuelve evidente que no pueden sobrevivir solos en el mundo; no pueden tener reglas si son los únicos que van a cumplirlas. Es entonces cuando aparece la idea de la cooperación; ya no entre personas, sino entre comunidades.
De esta manera, se va construyendo una sociedad, lo más parecida posible a lo que tenían antes del fin del mundo. Pero, así como en los momentos de crisis aparecen personas que se unen para ayudar y salir adelante, también aparecen "los vivos". Esos que, o bien se benefician del status quo —y, por ende, van a poner palos en la rueda para que nada cambie—, o bien van a explotar la crisis y aprovecharse de las personas en tiempos de necesidad.
Varios villanos de la serie han encarnado este rol: personas que muchas veces no eran nadie en el mundo antes de que llegaran los zombies, pero que lograron amasar poder y recursos durante el apocalipsis. Tanto Negan como el Gobernador se convirtieron en líderes autoritarios que se aprovechan de los demás para sobrevivir. Estos parásitos tienen su correlación en la pandemia que nos toca vivir hoy, que nada tiene que ver con zombies, pero que sabe de oportunistas y explotadores.
Otro claro ejemplo es la serie Revolution. Transcurre en un mundo donde, de un día para otro, se quedan sin electricidad. La historia comienza varios años después del enigmático incidente. Nos muestra, a través de flashbacks (y contando una historia paralela), cómo fueron esos primeros momentos sin energía. El universo de Revolution es una distopía militar en donde las fuerzas armadas, aprovechando su poder de fuego, organización y entrenamiento, toman el control de un Estados Unidos sumido en la anarquía. El resultado son distintas facciones militares luchando por el control total del país.
La serie construye una gran tensión entre las condiciones de vida de esta nueva sociedad autoritaria y la situación que le permitió emerger. A través de estos flashbacks, vemos cómo cada persona está por su cuenta, tratando de conseguir comida, seguridad; buscando sobrevivir, luego de que el mundo que conocían se destruyera. Durante este período, los robos, asesinatos, violaciones y todo tipo de atrocidades son moneda corriente. Los militares "traen orden" y logran unificar a todos esos individuos en una sociedad. Desde ya, ese orden llega con balas; y esa sociedad se sostiene sobre la base de la obediencia absoluta y el miedo a la autoridad.
Aunque la sociedad que nos muestra Revolution está lejos de ser un ideal (incluso podríamos decir que es una pesadilla), no deja de ser un ejemplo del caos que se vive cuando prima el individualismo, y cómo la única alternativa a eso es la organización y el trabajo conjunto.
Para finalizar, un ejemplo mucho más cercano es el que representa la serie de HBO, Years & Years. En esta historia no hay zombies ni apagones misteriosos, sino algo mucho peor: la banalización de la política y sus consecuencias. Pone el foco en la responsabilidad de las personas a la hora de sostener el presente y construir el futuro.
Tomando a una familia del Reino Unido como ejemplo, Years & Years nos habla directamente, al mostrarnos la virtual descomposición del mundo; debido a crisis ambientales, políticas y sociales. Y echando luz sobre nuestro rol en todo esto. Los eventos dramáticos que se desarrollan en la serie suceden por la indiferencia de las personas. El delegar sus responsabilidades en las autoridades, el egoísmo y la falta de involucramiento.
En conclusión, estas tres series —con distintas épocas, temáticas y guionistas— parecen coincidir en que sin importar qué sea lo que amenace nuestra supervivencia, la mejor forma de afrontarlo es trabajando juntos.
Esto se relaciona fuertemente con el momento que hoy nos toca vivir. No sólo como sociedad, sino a nivel mundial. Un momento para recordar que somos parte de algo más que una familia, un barrio, una ciudad o un país.
La lucha contra el COVID- 19 pone de manifiesto, como nunca antes, que las acciones de uno nos perjudican a todos; y que sólo trabajando juntos podremos salir adelante. Porque nadie se salva solo.