El macrismo y los peligros del Tratado de Cooperación Transpacífico
Por Juan Ciucci
Los indicios del retorno a las “relaciones carnales” que el macrismo propone ya no se ocultan. Días pasados “el secretario de Comercio, Miguel Braun, dijo en Washington que el Gobierno quiere abrirse de nuevo al mundo con un crecimiento "sostenido y gradual", al tiempo que se aleja del populismo y fortalece la democracia”, nos cuenta el Cronista.
Fue en una conferencia ante el Atlantic Council sobre oportunidades de comercio e inversiones en el país. Oportunidades para el beneficio de ellos, por supuesto. Algunas de las definiciones de Braun naufragaron en los típicos tópicos neoliberales: "tras una década de populismo el estado del Estado es calamitoso" o que “Argentina ha estado dormida en la pasada década en el contexto internacional”. En el video que publicamos de esa conferencia, quien lo presenta nos cuenta del “entusiasmo por la nueva dirección que sigue el país y las oportunidades de trabajar juntos” que existen en EEUU.
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Pero lo más grave que consignan las crónicas periodísticas es la predisposición del “nuevo Gobierno del presidente Mauricio Macri (que) quiere abrirse a "socios estratégicos" como EEUU, con iniciativas como el intento de pasar a formar parte del Tratado de Cooperación Transpacífico (TTP)”. “Esperamos ser parte de ese tratado tarde o temprano, pero entendemos que llevará tiempo” dijo Braun, a lo que su interlocutor respondió con un entusiasta “¡Great news!”.
De este acuerdo cuyas normativas son secretas, participan EEUU, Japón, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Al ser secreto, lo poco que se conoce del mismo es por filtraciones de Wikileaks. El acuerdo se entromete en regulaciones internas de los países, al querer dictaminar sobre cuestiones como el comercio de lácteos, la regulación laboral, derechos de autor, patentes, inversiones estatales y medio ambiente.
Los puntos que más preocupación han causado son la limitación al acceso y derechos en Internet, limitación al acceso a medicamentos genéricos, al acceso al conocimiento y la cultura; y a los derechos de los consumidores. Esto ha despertado el rechazo de diversos movimientos sociales y políticos en todo el mundo.
Luego del rotundo No Al ALCA de 2005, los EEUU planifican otros modos de atar el destino de las patrias del Sur del continente a sus intereses. Por ahora México, Chile y Perú han accedido, pero sus parlamentos deben ratificarlo. La Alianza Cambiemos parece predispuesta a servirles en bandeja el futuro de la Argentina. Deberá expresarse nuevamente la resistencia popular para frenar un nuevo intento de atropello a nuestra soberanía nacional.