Griselda Perrotta: "La escritura en mi vida es una práctica permanente"

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Griselda Perrotta: "La escritura en mi vida es una práctica permanente"

12 Enero 2019

Por Ara Lacore

Agencia Paco Urondo: ¿Cuándo y por qué empezaste a escribir?

Griselda Perrota: Empecé a escribir en el año 2013, escribía de forma sistemática, hasta llegar a productos concretos, como un libro, un blog, a raíz de una crisis personal muy fuerte, un momento muy convulsionado que me llevó a elegir otras formas de expresión distintas a las que venía manejando. Estudié música desde muy chica en un conservatorio. Hasta ese momento me doy cuenta de que lo mío es la palabra, siempre volvía a la música, a otros instrumentos, o a cantar, pero siempre merodeaba por ahí. Me sigue encantando, pero en el 2013 es cuando yo descubro que puedo llegar a lugares con la palabra que con la música nunca pude.

APU: ¿Tocás algún instrumento?

GP: Sí, toco el piano, lo estudié durante mucho tiempo, y hace poco comencé a estudiar guitarra y canto, pero mi estudio formal fue de piano.

APU: Dijiste que empezaste a escribir a raíz de una crisis personal ¿Con qué arrancaste?

GP: Empecé con narrativa, me anoté en el curso de Alberto Laiseca, en el Rojas, éramos un montón de gente, él nos llevaba hacia la narrativa. La poesía era algo que no se podía compartir felizmente en sus talleres. Luego yo seguí tomando talleres con él, con el grupo que él tenía en su casa y ahí comencé a conocer gente del mundo de la poesía, y ahí empecé a escribir poesía, en contacto con ese mundo y esa gente.

APU: ¿Cómo lo recordás a Laiseca?

GP: Mirá, la figura del sabio…hablo más de lo que era el taller en su casa que del Rojas, que al ser una institución había que adecuarse a reglas y formas que tenían que ver con el espacio y no tanto con él. Creo que en su casa se lo veía más como él. Era una persona que permitía que ocurriera cualquier cosa alrededor suyo. Sus intervenciones eran mínimas, pero acertadas y exactas, y tenía una visión de una como escritora (de mí y de todos los que estábamos ahí) una mirada particular como escritor y como ser humano.

APU: ¿Cómo eran sus propuestas? ¿Cómo era el proceso?

GP: Yo hablo del grupo en el que yo participé, no sé si todos funcionaron del mismo modo, porque además la dinámica iba cambiando. Al principio él proponía alguna consigna, y con eso uno podía hacer lo que quisiera. Siempre sorprende cómo se llega a lugares tan distintos a través de una frase, eso lo hacen muchos, el disparador de la persona que está a cargo del taller. Empezó a pasar en ese grupo que la consigna ya no fue necesaria y cada una iba llevando lo que le pasaba, y también había gente trabajando en novela, entonces llevaban una porción de la novela. Era súper flexible, no había ninguna regla de las que una podría pensar que diseña un profesor que dicta un taller literario.

APU: ¿Qué fue primero para vos, la lectura o la escritura? ¿O el proceso se dio junto?

GP: Siempre fui de leer mucho, fui a una escuela donde nos hacían leer mucho. Tuve una gran biblioteca en casa. Soy de leer libros que van cayendo, llegando a mí, como si el libro me buscara. Y después cuando comencé a escribir, empecé a conocer a las personas. Empecé a leer literatura de gente que conocía, eso era nuevo para mí, yo no conocía escritores, para mí era un mundo glamoroso. En los ciclos veía gente que leía sus cuentos o poemas de su propio libro y yo pensaba: ¡tiene un libro publicado! y eso para mí era de otro planeta, y no es fácil llegar a eso, al producto libro, sea como sea que uno llegue, me parece que es una instancia que hay que respetar.

APU: ¿Creés que hay un momento adecuado o acertado para que un escritor se decida a publicar?

GP: Yo hablo de mí. Creo que hay un momento donde yo ya no puedo hacer nada más con determinado conjunto de cuentos. Voy viendo qué ocurre con eso que estoy escribiendo, produzco muchas cosas pero un momento me aparto y me pregunto. ¿Qué es esto que pasó? ¿Esto puede llegar a ser un set de cuentos o puede llegar a ser una unidad? ¿Qué está diciendo mi propia literatura de mí? Algo así…entonces creo que sí, que lo publico. Pero no al revés, como les pasa a algunas personas que piensan en “escribir para”, un método con el que no me identifico.

Resultado de imagen para frontera griselda perrotta libroAPU: Bueno, pero siempre escribimos para… ¿Vos para quien escribís?

GP: No, yo no escribo para nadie, ni escribo “para”.

APU: ¿Para vos tampoco?

GP: No, no particularmente. Pero bueno, también se escucha gente que tiene que leer en un ciclo de tal temática, y escribe algo puntual para eso. A mí eso me cuesta mucho, pensar en escribir para un objetivo, salvo que ese objetivo dispare algo interno.

APU: A partir de esa concepción ¿Cómo considerás el acto de escribir? ¿Cómo un oficio, un estado, ser? Los poetas dicen ser poetas más allá del oficio ¿Qué le sucede a un narrador en ese sentido?

GP: Yo no sé si soy totalmente narradora o qué. También escribo otras cosas que no se clasifican. Empezás con un género, pero después hay cosas que te llevan a explorar otras formas. Creo que hay un estado en el que tengo que estar para que la poesía me toque, y está en todas partes, en el ventilador, en el ruidito del celular, en todas partes está, pero para que yo pueda bajarlo a un papel necesito estar en un estado espiritual digamos, mental y físico, como unidad, donde eso es posible. Cuando estoy muy pasada, y sé que eso no va a ocurrir, soy de anotar, una frase, por ejemplo. A veces luego de una sucesión de frases, durante varios días, surge un poema.

APU: ¿Hace mucho que te acercaste a la poesía?

GP: Sí, en realidad fue toda una sucesión de cosas, no es que en un momento dije “ahora voy a escribir poesía”. Sí me sucedió que ya no me servía contar una historia, la poesía es algo muy diferente, es un uso del lenguaje para un fin más cercano a lo divino que a lo tangible. Eso también se cuela por la narrativa y termina siendo un ida y vuelta, enriqueció mucho también mi forma de narrar.

APU: ¿Y tenés pensado publicar?

GP: Sí, algunos poemas los publico en mi blog, otros me siento más cómoda compartiéndolos de forma oral, cuando leo en algún ciclo. También noto en los poemas como un camino que se va transcurriendo. Me gustaría publicar.

APU: Sos traductora, abogada, escritora…

GP: Madre.

APU: ¿En ese orden?

GP: No, no hay orden, para nada, y ese es el secreto para no creerse eso que uno dice que es. No ponerse una prelación. Yo no sé si es más valioso dar una clase o ir a buscar al nene a la escuela o ir a funcionar como intérprete adentro de una cabina, no sé, sinceramente me parece que todas esas cosas son una unidad, por lo menos en mi vida, yo lo vivo así.

APU: Tu libro Frontera fue editado cinco veces por Editorial Peces de ciudad ¿Cómo fue el proceso de escritura?

GP: Gran parte de esos cuentos surgieron en los talleres de Laiseca, y encuentros que después siguieron cuando él dejó de dar clases por problemas de salud. Surgió un grupo autoconvocado de escritores y escritoras, con quienes nos seguimos reuniendo un tiempo más con la idea de compartir lo que escribíamos y de recibir devoluciones de gente con la que trabajábamos. Así fueron surgiendo estos cuentos, y tienen que ver con un momento en que yo narraba de esa forma. Yo lo veo hoy como algo más cercano a la narrativa tradicional. Luego formo una selección de esos cuentos y lo presento a un concurso, pero queda afuera; y luego se abre la convocatoria de Peces de Ciudad. Ahí leí uno de los cuentos y gustó, luego de hacer otra selección, limpiar bastante, surge Frontera.

APU: Lograste editarlo cinco veces en una editorial independiente ¿cómo viviste eso?

GP: Yo lo vivo en el contexto en el que ocurre, las personas que escribimos tenemos que movernos mucho para que el material llegue a todos los lugares. Las editoriales independientes no tienen grandes recursos, y eso nos pone en desventaja con respecto a las grandes editoriales. Los que se llaman “grandes autores” editan en grandes editoriales. En este mundo, llámese del under o como quieras, nos está vedado eso. No es porque tu material es bueno que llega a una gran editorial. Hay gente que llega a las grandes por contactos, o porque es “hijo de”, y eso no dice nada de la literatura de la persona. Por ahí es fantástico, y merece estar en la luneta de un colectivo, pero eso implica mucho dinero. Las editoriales independientes no tienen esa plata. Eso nos exige a las personas que decidimos publicar así, un circuito menos hegemónico, mucho trabajo, implica trabajo. Yo tuve que moverme, en las redes, por ejemplo, y eso lleva mucho tiempo y a veces se me hace cuesta arriba. Hay editoriales que ofrecen una plataforma donde hacer eso es más fácil, Peces de Ciudad creció mucho en ese sentido.

APU: ¿En qué se diferencia la escritora de Frontera con la que está escribiendo ahora?

GP: Lo que me pasó después de Frontera es que me acerqué a un taller de Jada Sirkin, él me enseñó a narrar desde la emoción, desde la sensación, yo ya no te cuento desde la descripción, logré apartarme un poco, para experimentar qué pasaba…eso fue un mundo nuevo. Lo que escribí después ya tiene que ver con esa intención de experimentar la sensación del personaje, sin contarte necesariamente qué fue lo que pasó, en ningún momento te digo cuales fueron los hechos, pero lo narro de modo tal que vas a terminar deduciéndolo.

APU: ¿Qué estás escribiendo?

GP: terminé una novela, y ahora estoy trabajando con Martin Tobaldo. Él es autor de la editorial (Peces de ciudad) e ilustrador, y estamos trabajando en un libro para el público infantil, que en realidad puede ser leído por cualquier edad, es un proyecto literario y visual concreto. Sigo escribiendo poemas, los publico en mi blog, la escritura en mi vida es una práctica permanente.

El libro Frontera se consigue entrando a la página https://www.pecesdeciudad.com.ar