Gastón Intelisano: “Conozco la cocina de la investigación y el mundo forense”
Por Camilo Carbonelli
Gastón Intelisano es criminalista y autor de novelas policiales como Modus Operandi, Principio de Intercambio y La navaja de Ockham. Fractura, suplemento literario de APU, dialogó con el escritor acerca de su profesión, su obra, el género policial forense y sus referentes.
Agencia Paco Urondo: Contanos cómo fueron tus inicios en la literatura, como lector y escritor.
Gastón Intelisano: Arranqué como lector de novelas policiales. Cuando comencé la facultad estaba leyendo mucha literatura policial y empecé a hacer prácticas en Científica de la Policía Federal. Eso me permitió ver cómo trabajaban, cómo era el día a día de una investigación forense, y llegó un momento en que me dije: tengo todo este material que estoy viendo. Yo iba con los investigadores a la escena del crimen, estaba haciendo una práctica ad honorem.
Todo empezó cuando mi tío me llevó para que conozca la Unidad Científica, me invitaron a ir con ellos a un hecho, y ese día terminé yendo a cuatro hechos distintos, ahí me di cuenta que estaba preparado para ese trabajo. Durante cinco años fui todos los fines de semana, salía con el móvil del médico forense e iba tomando nota de lo que me decía la médica que revisaba el cuerpo en el lugar del hecho y decía: tiene tal herida, todo para presentar cómo habían encontrado ese cuerpo en el lugar. Después en la oficina hacíamos el informe y acomodábamos las fotos.
APU: Todo lo que es un proceso de formación, de investigación…
G.I: Sí, toda esa práctica que empecé a tener durante esos fines de semana, terminó siendo un montón de información, y al mismo tiempo al estar leyendo tanta novela policial, de Inglaterra, de Estados Unidos, se me ocurrió escribir y reflejar cómo se trabajaba acá. Más allá de lo que era presentar un caso y hacerlo divertido, también quería mostrar cómo se trabaja en nuestro país. Cuando yo era chico escribía cuentos de terror, soy muy fanático de Stephen King. Uno empieza a buscar el estilo de su escritor favorito, a imitarlo, hasta que encuentra su estilo propio. Lo que empezó siendo una hora fueron cien, y después tuve material suficiente como para presentarlo en una editorial.
En esa época trabajaba en el Ateneo Gran Splendid, y ahí había varios compañeros que escribían, como Luis Mey. Ahí comenzó el segundo paso que era buscar quien me publicara. Empecé a mandar el material a varias editoriales, eso es bastante difícil también. Cuando salió mi primera novela, Modus Operandi, me presenté en el Festival BAN!, el Festival de novela policial de Buenos Aires, ahí tuve la posibilidad de dar una charla y presentar el libro. En esa época Claudia Piñeiro fue también un gran impulso, porque ella retuiteó una foto conmigo y el libro, eso me ayudó un montón también. Además la Honorable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires nombró a la novela “Obra de interés legislativo”.
APU: ¿En qué año?
G.I: En el 2011, eso fue el puntapié para que comiencen las entrevistas en La Nación, Clarín, C5N, etc. Las redes sociales también ayudan mucho, hay un ida y vuelta con los lectores, algunos me decían que había desarrollado demasiado la parte científica, a otros les encantó cómo pude bajar lo científico a un lenguaje para todo el mundo. Nunca pensé en hacer una saga, Modus Operandi salió como algo que necesitaba salir. Ante estas respuestas decidí volver al personaje y hacer una segunda parte, y así hasta una quinta.
APU: ¿Qué escritores argentinos te inspiraron?
G.I: Mis referentes son extranjeros, el thriller forense tiene como referentes entre otros a Paticia Cornwell, Michael Conelly y Kathy Reichs, que están en el ámbito forense y se dedicaron también a escribir. También tengo referentes de Argentina como Claudia Piñeiro, pero acá la novela policial a veces es una mala palabra, asociada a una literatura pasatista.
APU: ¿Cómo ves la literatura policial argentina?
G.I: Se desarrolló muchísimo en los últimos años, un policial muy ramificado, no sólo el clásico y el negro sino mezclado con terror, con la ciencia ficción, o como en mi caso con lo forense. Ya no es un género tan cerrado, se fue nutriendo de otros géneros. Otro referente es Soifer con el que hicimos juntos un crossover, un cruce de personajes. Mi personaje Soler aparece en su novela Rituales de lágrimas y su personaje la Hiena Quirós, aparece en Principio de intercambio, mi novela anterior. Ambos admiramos nuestras novelas.
APU: ¿Qué valor le das al hecho de estar en la profesión de la criminología y llevarlo a una novela policial?
G.I: La diferencia que tengo con otros escritores es que conozco la cocina de la investigación y el día a día, el mundo forense. Igual pienso que si uno hace una buena investigación no hace falta que tenga que saber de un tema, de lo contrario no existiría la ciencia ficción, pero en mi caso suma conocer las investigaciones policiales. Aporto la verosimilitud, sé hasta dónde es real y hasta dónde no.
APU: El género en el que escribís, ¿lo definís como policial forense?
G.I: Entraría en un género policial y habría un subgénero forense. Así como hay un thriller médico que hace Robin Cook, o el thriller jurídico, esto sería un thriller forense porque es la columna vertebral de la novela.
APU: ¿Cómo iniciaste tu última novela La baja de Ockham?
G.I: Esto comienza con el cumpleaños de Soler, un sábado a la noche, en Mar del Plata, con sus amigos, y recibe un mensaje en el celular de un desconocido que dice: “juego no terminó, la tenemos a ella”. Entonces lo primero que piensa él es que secuestraron a su novia que vive en Buenos Aires. Pero al mismo tiempo desaparece una nena de cinco años en un complejo de departamentos en el centro de Mar del Plata. Entonces cuando su compañero le avisa que tienen que intervenir en ese caso se pregunta si el aviso se refería a esta nena o a su novia. A partir de ahí comienza la investigación de ambos casos, y aparecen pistas que confunden a los investigadores. Después aparece la pista clave del caso.
APU: ¿Cuál de tus libros te parece el mejor, o que quieras recomendar?
G.I: Antes de esta última, creo que la mejor novela que había escrito era Principio de intercambio, tal vez cuando uno ha escrito varios libros ha evolucionado, me lo han dicho también. En la saga de mis libros hay tres personajes principales que son Santiago Soler, Andrés Bataglia (el detective de homicidios) y Andrea de Marco (la médica forense) ellos conforman un equipo estable en todas las novelas. Pero en Principio de intercambio se suma un personaje más, Nicolás Masachesi, que es fiscal y está inspirado en un amigo mío que es fiscal en Mar del Plata; él me llevó a conocer los Tribunales.
APU: ¿Cómo ves el panorama del sector? Los escritores que no son conocidos, el mundo editorial…
G.I: Por suerte hay muchos escritores buenos en la Argentina, los he conocido en distintos festivales, de varios géneros, como Gabriela Exilart, María Correa Luna, Marcedes Giuffré, Mercedes Rosende, María Inés Crimer, Eduardo Goldman, Matias Bragagnolo y Alejandro Soifers. Mi deseo es que se dé más lugar a los escritores noveles, es muy importante llegar a la gente. Se sabe que el mundo editorial tiene su negocio, tienen que ganar también porque invierten. Pero estaría bueno que le den más lugar a los escritores nacionales, a los que recién empiezan. Hay muchos autores del género de terror también, como José María Marcos, Rubén Rizzo, Sebastián Elesgaray, gente super talentosa, que tiene obras publicadas y merecen estar en buenas editoriales, que tengan llegada. Florencia Etcheves también, ella tuvo muy buena onda conmigo cuando recién empecé.