Fanático: una crítica 2.0 a la industria de la música
Las series hechas en España, al igual que las del gigante asiático, están experimentando grandes índices de popularidad en Netflix y Fanático no es la excepción. Con apenas cinco breves capítulos que van contrayéndose, pasando de 21 a 14 minutos en el episodio final, la serie se adentra en el viaje de Lázaro, un chico “común” que trabaja para una aplicación de pedidos y que busca convertirse en una celebridad tras la muerte por sobredosis de su ídolo Quimera, un cantante de trap con el que guarda muchas similitudes físicas.
El actor argentino Toto Ferro se pone en la piel de ambos personajes para ensayar una crítica a cielo abierto sobre la industria musical y reflexionar acerca del carácter efímero que tiene la fama y lo que producimos, todo esto mediatizado por la irrupción de internet y el uso de redes sociales, que actúan como una granada para impulsar el relato.
Tras la muerte de Quimera— cuyas breves apariciones musicalizan Famoso, interpretadas también por Toto Ferro—, Lázaro toma consciencia del parecido físico que tiene con su ídolo y se propone ocupar el lugar que el artista dejó vacante. Una serie chocante e incómoda que vale la pena ver de la mano de una de las mejores actuaciones de Ferro.