Karamelo Santo: 30 años de una banda con música, mensaje y diversidad cultural
Goy Ogalde, músico, productor y voz de Karamelo Santo, reflexionó acerca de las tres décadas de historia del grupo, de las interminables giras por Europa de principios de milenio, su salida y posterior regreso a la banda, su rol de productor y de Venceremos (2022), nuevo disco de la banda. “Todo el trabajo hecho con los pueblos originarios nos permitió tener una mirada creativa distinta. Si hay un Dios o varios, no importa. En un mundo tan dividido, sabemos que hay “algo” que maneja todo, y que formamos parte de esta tierra. De todo esto habla nuestro nuevo disco”, expresó.
Agencia Paco Urondo: En 2022, Karamelo Santo cumplió 30 años de historia ¿Cómo lo fueron viviendo?
Goy Ogalde: Lo que caracterizó a este último período de Karamelo fue la pandemia, 2 años en los que estuvimos prácticamente encerrados. Por suerte, como tenemos estudio y hay otros chicos que tienen posibilidades de grabar, decidimos crear contenidos. Veníamos de un período de reactivación de shows, estábamos metiendo muchos festivales regionales, somos muy de ir al interior, y la restricción nos dejó muy a pata. Así que decidimos hacer discos, canciones, videos en casa. Compusimos 3 álbumes: El gran poder volumen 1 y 2, y Venceremos. En el medio hicimos un homenaje a los chicos de Cromañón, quedó un recital en vivo y lo decidimos publicar. Aparte, todos estos conciertos que se hacían online, se pudieron ver en todos lados: España, Alemania, México, Estados Unidos. Una situación que nos hizo crecer mucho. Terminada la pandemia, volvimos a retomar el trabajo que veníamos haciendo, tocando con el público. Mayormente de las provincias, así que hemos estado bastante en movimiento.
APU: ¿Cuánto tuvo que ver el contexto neoliberal en que nace el grupo y tu viaje a México en pleno auge del zapatismo, para configurar ese espíritu combativo que tiene Karamelo Santo?
G.O.: Muchísimo. Karamelo empieza en un momento donde en Argentina, el neoliberalismo estaba en auge. Y como por otra parte, se hacía fácil viajar y quedarse mucho tiempo afuera, tuve la posibilidad de irme a México, donde me influenció mucho lo que estaba pasando con el movimiento impulsado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que había surgido a principios de los ‘90. Esa experiencia se sostuvo en el grupo, trabajando mucho con pueblos originarios, cuando volví y en la actualidad. De hecho, vengo de producir una banda mapuche de la zona de Kurru Leufú ,en Río Negro, de estar con la gente de la Escuela Rural, para junto con Playing for Change preparar un disco nuevo que está buenísimo, donde también participan León Gieco, Víctor Heredia y varios artistas mapuches. En el norte, estamos colaborando con la Yugular Reggae y con la gente de la organización Tupac Katari. Estas son las cosas que en estos 30 años nos han definido.
APU: Experiencias que, junto con la literatura, son el corazón del mensaje y las letras de la banda.
G.O.: Exacto, nuestra filosofía viene mucho de la literatura que siempre curtimos en nuestra adolescencia. Nos gusta el realismo mágico, nos influenció mucho el escritor uruguayo Eduardo Galeano; Jorge Luis Borges y Pablo Neruda también me encantan. Con Karamelo Santo hemos ido a pueblos donde realmente se sufre, y también a ciudades más cómodas donde también tratamos de llevar nuestro mensaje. Somos una banda que tiene un tinte ideológico definido, pero somos gente que sabemos que no sólo eso nos va a sostener como artistas. Es más importante que nuestras canciones lleguen a la gente, que sean lindas y gusten. Con esto no quiero decir que sean comerciales, sino accesibles para que el pueblo las pueda cantar. Hay temas como “Cangrejo” o “Mamina” que han terminado en coros de niños.
APU: Por otra parte, tu trabajo de productor con artistas de pueblos originarios te permitió conocer a Roger Waters cuando, en su visita de 2018 al país, convocó como teloneros al grupo neuquino Puel Kona para abrir sus conciertos en La Plata.
G.O.: Tuve esa suerte porque habíamos subido el material de la banda a Spotify y esa democracia de distribución que tienen las plataformas, para los músicos independientes, es un milagro. Si bien hay mucha gente que protesta, para un grupo como Puel Kona que viven en una toma de boca de pozo haciendo su trabajo de acción directa desde el Lof Newen Mapu, con la enseñanza de su lengua ancestral, el mapuzungún, que un tipo como Roger Waters se fije en ellos fue increíble. Además, se los trajo a Buenos Aires, los alojaron en un hotel y recibieron un muy buen caché. Una experiencia espectacular, también desde lo artístico, porque ni siquiera yo que tengo una banda que pertenece al mainstream argentino estamos a la altura tecnológica y musical de lo sucedido sobre el escenario del estadio de La Plata. Lo digo sinceramente.
APU: Hubo años en que Karamelo Santo hacía largas giras por Europa, no solo para mostrar su música, sino también para generar ingresos para la banda, tan importantes para la autogestión. ¿Qué recuerdos tenés de aquellos viajes?
G.O.: Nos pasaron cosas muy locas, como por ejemplo, ir a principios del 2000 de mochileros. Después ya girábamos en micro. Al empezar a recorrer la parte Oriental de Alemania, darnos cuenta de la terrible diferencia que había con el otro lado, el Occidental. Llegar a la ciudad de Leipzig y encontrarte que no tenías sonido, apenas unos pocos micrófonos y encima te decían: “esperen a la otra banda y armen juntos, porque en esta parte de Alemania no van a encontrar nada”. Eso sí, nos pagaban bien y en el momento, no era problema el dinero, sino que verdaderamente no había recursos materiales. Nos acostumbramos a eso, aprendimos a relajarnos y a entender que podía suceder cualquier cosa. También, íbamos a países que hacía poco tiempo habían cambiado de nombre y nos equivocábamos al mencionarlos. Confundir Croacia con Bosnia o Serbia y que nos miren con cara de odio. Lo que me demostró que tenía armado en mi cabeza un mundo que, cuando empecé a viajar, era totalmente distinto.
“Somos una banda que tiene un tinte ideológico definido, pero sabemos que no sólo eso nos va a sostener como artistas”.
APU: En esas excursiones conocieron músicos y artistas muy importantes.
G.O: Totalmente, estar con músicos que jamás pensé conocer en persona, en un patio de artistas. Gente que luego nos apoyaría produciendo nuestros discos, como Manu Chao y David Byrne. Compartir escenario con The Selecter, banda de ska británica que escuchaba a los 20 años. O actuar en un festival y no saber quién tocaba con nosotros. Y allí mismo enterarnos que después de nuestro set subían Jamiroquai, Eros Ramazzotti o Portishead por ejemplo, algo increíble.
APU: Hubo un período en que te alejaste de la banda, te recuerdo en proyectos como La Peña Pop, por ejemplo ¿Cómo se dió esta nueva etapa, para vos, en Karamelo Santo?
G.O.: Me fui del grupo por una cuestión personal, un problema muy serio a nivel familiar. Una separación muy conflictiva y problemática, que me impidió salir de gira. Entonces pensé, al no poder resolver la situación, que podía ser molesto para mis compañeros. Salí y Karamelo Santo continuó su camino hasta que tuvieron un desencuentro con el manager y se separaron. Cuando sucedió eso, los miembros originales, que se habían quedado en Mendoza, me preguntaron: “¿Por qué no nos juntamos nosotros, si no hay onda con los demás?”. Justo en ese momento apareció un personaje que quería que hiciéramos una serie de shows en México. Fuimos y nos sorprendimos mucho porque las canciones de Karamelo eran muy conocidas. Nos dimos cuenta que había que seguir trabajando y empezamos a componer los temas que serían parte de El gran poder. Volumen 1 (2018).
APU: En el nuevo álbum, Venceremos, está muy presente el reggae como en los comienzos, con letras plagadas de imágenes espirituales, nativas y multiculturales.
G.O.: Tenemos una fuerte influencia panteísta. Como te dije antes, todo el trabajo hecho con los pueblos originarios nos permitió tener una mirada creativa distinta. Si hay un Dios o varios, no importa. En un mundo tan dividido, sabemos que hay “algo” que maneja todo, y que formamos parte de esta tierra. Lo dice alguien que se une con rastafaris, es de descendencia judía y cree en Adonai, que tiene mucho que ver con la Pachamama. Por eso en las letras también está reflejada nuestra convivencia. Hicimos un cover de “Venceremos”, canción traducida por María Elena Walsh, que viene de África y la cantaban los esclavos. También participó mucha gente de Estados Unidos, Brasil y Chile. De todo esto habla nuestro nuevo disco.