Jan de Jager: “El humor y la risa no deben faltar en la literatura”

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ENTREVISTA

Jan de Jager: “El humor y la risa no deben faltar en la literatura”

25 Agosto 2024

Jan de Jager (Buenos Aires, 1959) es poeta y traductor. Ha publicado Trío (1997) Noticias del setenta y cinco (2009) En 2023 apareció el cuarto volumen de Relámpagos, por Viajera, y en el presente año está por salir la cuarta serie de Casa de cambio, donde Jager alterna (cual DJ de las prosodias) traducciones propias, transcreaciones y textos propios. De sus libros (que tienen la particularidad de sólo conseguirse en Librería El Jaul) y de su trajinar babélico nos habla en esta entrevista.

Agencia Paco Urondo: Cuando el reseñista se topa con algo no tan obvio ni clasificable, se cae en mecanismos de recepción políticamente correctos o en la confusión entre literatura e historia fáctica. ¿Podrías contarnos qué avatares tuvo la publicación y recepción de Noticias del  setenta y cinco?

Jan de Jager: La primera edición no fue en libro sino en rotaprint, en fotocopia múltiple. Y fue a parar a manos de Juan José Salinas, el editor de El porteño. Él se puso en contacto conmigo y la idea fue sacar el libro al modo de los que se distribuían con distintos diarios o revistas y arrancar una colección con Noticias del setenta y cinco, como libro de regalo de la revista. Con tan mala suerte que El porteño quebró a los dos meses, de modo que la publicación no tuvo lugar.

Pero, finalmente, el libro apareció en 2009 por Nuevo Hacer Latinoamericano, la editorial de Luis Tedesco. Y lo envié a Radar Libros, que dirigía por entonces Claudio Zeiger. Y él dijo “no, qué es esta estupidez, este tipo quiso escribir un Libro de Manuel y no le salió…” y le rebotó la reseña nada menos que a Jorge Pinedo, que contribuía regularmente reseñando libros. Y así, Pinedo estuvo más de un año sin escribir reseñas para ellos en gesto de desagravio. Lo único que sé es que la historia de ese libro hubiera sido muy otra si hubiese aparecido esa reseña. Y su argumento era paradójicamente correcto, porque lo que yo procuré fue reconstruir la estilística de la literatura de esos mismos años. O sea, la ilusión de artículos periodísticos, lo reporteril, la inmediatez.

APU: Extraña objeción, y más tratándose de esa década, en la que seguramente hubo ejemplos de esos cruces de registros.

J.D.J.: Por lo pronto, Abaddón el exterminador de Ernesto Sabato también trae una parte que incluye recortes de periódicos. Mi intención no fue remedar eso, sino reconstruir no sólo la temática sino también la estilística de ese tiempo. Y este señor no entendió nada.

APU: Pasemos a Relámpagos, libro que combina la elección de textos propios con una secuencia de lecturas que integrás en un solo volumen: ¿a qué se debe esta singularidad? ¿Por qué incluiste, por ejemplo,  páginas de Noticias del 75?

J.D.J.: Relámpagos es una miscelánea que, al principio, tuvo la mera intención de “sacarme de encima” proyectos y tramas que tratadas en extenso me llevarían varias vidas. Pero después cobró vida propia, fue provocando más proyectos y tramas, aparte de esas que quería sacar del medio. La musa es caprichosa. El libro (o sea, sus cinco volúmenes) es una amable orgía de géneros, temas, hay poesía, narrativa, esbozos de ensayos, páginas de otros libros míos, traducciones diversas y páginas de otros autores.

Esto último desorientó bastante a muchos comentaristas, que pensaron que se trataba de una especie de antología. En realidad, los textos de otros autores son menos del 20% del total. Y lo de “citarme a mí mismo” (alguno dirá “autoplagiarme”) tiene que ver con un cierto sentido de la composición del conjunto, donde de pronto sentía que tal página de otra obra calzaba bien ahí.

"Mi intención no fue remedar eso, sino reconstruir no sólo la temática sino también la estilística de ese tiempo".

APU: ¿Qué nos podrías decir de los libros que tenés en proyecto? Me refiero a Factor de riesgo, Ius sanguinis, Arquitectura ciudadana, Leo.

J.D.J.: Factor de riesgo es una obra de teatro de la cual sobrevivieron fragmentos, quizás algún día la complete, en su origen era una especie de contrapartida masculina de la obra We stand naked before you de Joyce Carol Oates, y que tiene la misma estructura de una serie de monólogos más que de una pieza dramática interactiva. La tesis (y de ahí su título) es que las compañías de seguros nos cobran primas más altas a los hombres porque “ser hombre” se contabiliza como un factor de riesgo, como ser fumador, diabético etc. Que no se lea esto como un alegato antifeminista. El hecho concreto es que la expectativa de vida de la mujer es mayor que la del hombre.

Ius sanguinis es una novela interminable (literal) para la cual investigué durante diez años, escribí fragmentos, y que trata sobre el tema de los migrantes y refugiados del Sur global hacia el Norte, léase de África y Asia a Europa, y de América Latina a los EEUU (y también a Europa) Es una temática muy dura, al principio quise que fuese una especie de literatura periodística, pero mis tiempos de redacción son otros que los del periodismo, o sea que sigue siendo una obra en construcción, sin la urgencia que fue su punto de arranque. Aunque el tema de los refugiados sigue siendo de total actualidad, paradójicamente son los medios masivos los que dejaron de prestarle atención.

Arquitectura ciudadana es una serie de poemas sobre lo urbano: casas, puentes, plazas, forma parte de un tríptico que titulé en holandés “Huisje, boompje, beestje” y que incluye tres series de poemas, una justamente sobre arquitectura, otra sobre árboles y la tercera, seres o animales imaginarios. Leo (the making of) que espero se publique pronto, es la historia de vida de un transformista, un performer holandés que se llama Leo Kooistra, novela que surge de una serie de entrevistas que hice con él y con sus amigos, amantes etc. Es un vehículo para historiar como fue cambiando la “escena gay” en Holanda y el resto del mundo, desde los años sesenta hasta hoy.

APU: ¿Por qué en el poema Silencio de Radio, de Victor Schiferli, no hay indicación de que se trate de una traducción tuya, como supongo debe ser? En Casa de cambio, el lector entendía que figuraba el original y la traducción.

J.D.J.: Todas las traducciones donde no menciono otro traductor es porque las hice yo.

APU: Además de traducir o reversionar, adaptás textos ajenos. ¿Cómo se te ocurrió ese ejercicio de condensación con El hombre muerto de Horacio Quiroga? Pienso en cambios léxicos, como el mas por pero, si bien hay, también, supresión de frases. ¿Qué te llevó a está “intervención”?

J.D.J.: Son juegos en parte inspirados por un comentario que hace Umberto Eco sobre las traducciones de sus libros al inglés, donde el editor yanqui le sugiere que ciertos pasajes muy inmersos en la cultura italiana serían virtualmente inaccesibles, aún traducidos y con notas, para el lector norteamericano. Y Eco dice le dice algo así como “y bueno, los eliminamos”. Entonces me imaginé traducir dentro del mismo idioma, eliminar cosas, funcionar como lo que en el mundo editorial yanqui se denomina “line editor”. Y meterme nada menos que con Horacio Quiroga, por ejemplo, o con Mujica Lainez o (ahí sí ya entre idiomas) con Ray Bradbury o con los franceses del grupo Oulipo.

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Jan de Jager

APU: En Natación: aguas abiertas retomás paisajes que ya aparecían en Noticias del 75, en Sororidad recordás que el Tigre de antes era más barrial y pintoresco ¿Tenés pensado un libro dedicado íntegramente a Tigre?

J.D.J.: No tengo pensado nada específicamente tigrense. Soy de muchos lados, no lo digo de forma presumida. Florida (partido de Vicente López), Hilversum, St Louis, Richmond, Amsterdam, París, Tigre, Montevideo, Villa Crespo, Núñez, Rotterdam, Fortaleza (Ceará), Madrid, Oviedo, Bruselas, y habrá un largo etcétera si sigo vivo.

APU: En Horacio remozado uno advierte una constante y es, por un lado, tu frecuentación de la poesía clásica como lector y traductor ¿ya tenías en mente recrear, porteñizar a Horacio o tu idea cobró más fuerza a partir de tu lectura de Hecht? ¿Nos podrías contar como fue tu llegada a este poeta?

J.D.J.: A Hecht lo encontré en varias antologías anuales de The Best of American Poetry y, además, aparece en una antología de poesía universal como “traductor” de Horacio cuando claramente lo que hace es una refacción. Yo a su vez refacciono a Hecht, pero siguiéndole la corriente. Él introduce una referencia a las pirañas que eran, obviamente, desconocidas para los romanos. Y yo agrego una referencia a la orixá Yemanyá, que es afrobrasileña y afrocubana, siguiendo el juego que en cierto modo inició Pound cuando, “traduciendo” a Propercio, introduce referencias a refrigeradores y otras cosas modernas. De hecho, también “remocé” a Safo, a Sófocles, a Catulo, a Lucebert.

APU: Releo tu pregunta sobre los chistes malos, releo Hors concours, Dignificante y dignificado o Pequeña lección de estética y se me ocurre preguntarte qué respuesta dan los lectores a tu sentido del humor, habida cuenta de la solemnidad que suele reinar en la literatura argentina.

J.D.J.: Hay lectores que no entienden, no los culpo. A veces, algunos de estos textos los pongo en medios sociales y los comentarios me muestran que ciertas cosas que a mí me parecen obvia ironía o sarcasmo, se leen de forma literal. Y considero que el humor y la risa, cosas que yo reivindico absolutamente, no deben faltar en la literatura. No están ausentes en Graham Greene, en Borges, pero tampoco en Pound, en Shakespeare, en Villon, en Catulo o en Homero. Digo, por mencionar algunos… Más que solemnidad diría solemnosidad o acartonamiento.

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Tapa Casa de cambio

NOTICIAS DEL SETENTA Y CINCO* (Nuevo Hacer Ed. Buenos Aires, 2009)

Que un libro comience en la tapa, es raro. Allí está el título, el autor, el pie de imprenta. Un recorte del diario La Prensa del 24 de diciembre de 1975 con la noticia del ataque del ERP al regimiento de Monte Chingolo y otro sobre un libro de José López Rega. Entre ambos, esa inequívoca mancha circular que señala el paso de un vaso de tinto. Conjunto que se torna indicio al conjugar tiempos históricos y trasladar al lector desde un hoy figurado en ese redondel borravino a pasados no tan apartados como lo lejanos. Herida sin cicatrizar hasta que la Justicia cumpla su cometido, la gran masacre argentina tiene en los comienzos de los  ́70 su antecedente inmediato, a punto tal que ha sido asiduamente revisitado por historiadores, ensayistas , narradores y, por fortuna, lo seguirá siendo.

Lo raro, además de la tapa, es que un libro reúna esos tres géneros en un experimento narrativo y, en consecuencia, haga explotar la noción académica con una multiplicidad de recursos al alcance de cualquiera. Con menos del diez por ciento de ese ecléctico material se han intentado olvidables mamarrachos que borraron la frontera entre el bricolage y el pastiche. Corriendo el riesgo, Jan de Jager procura dar cuenta de “una cronología paralela”. Lo hace mediante tiempos “mezclados y superpuestos, paralelos” y aclara que “mucho no se entendía. Finalmente (...) todo lo que llevaba escrito se relativizó, se cuarteó y resquebrajó. Terminó siendo esto. Con algunos documentos que pude agregar, conversaciones con viejos amigos: la visión menos precisa pero más real de estar aquí en Buenos Aires, que terminó por llevarme a armar esto como está: un collage cronológico o casi, con los textos como saliendo de la fragua de la historia, paralelos en todo caso a los tiempos del lector que me lee: fragmentos, pedazos, algunos irreconocibles, como cadáveres mutilados, calcinados, pero no por eso menos verdaderos. En fin. Esto, más que una novela es un exorcismo”. Tal vez crónica dentro de la crónica, pero ante todo Noticias... es una novela experimental que utiliza todos los recursos que el soporte gráfico puede albergar, incluyendo a la totalidad de los personajes que hablan en primera persona, sin embarullar sus respectivas voces. Está la crónica periodística con recortes de diarios y revistas de la época, lo que le otorga al relato un sustento de verosimilitud y a la vez una vía de contraste. Publicidad gráfica aporta contexto general en tanto el diario personal zambulle la trama en lo más íntimo y singular. Fragmentos de letras de canciones en sus idiomas originales brindan un clima matizado con frases en inglés, francés, holandés, catalán pero también en chileno, en uruguayo y todo cuaja. Las solicitadas remiten a líneas políticas y las arengas docentes o militares encuadran arcos ideológicos. Abunda la poesía en forma prosificada tanto como en versos que juegan consigo mismos: “Acercárserles/ o/ hacer cárceles //Arte poética:/ lenguar el desarticulaje// Enloquecer/ En lo que es, ser”.

Jan de Jager nació en Buenos Aires, fue y vino y se volvió a ir a los Países Bajos; es traductor del holandés, inglés y francés, reside en Rótterdam y es más porteño que el firulete. Sin precipitarse en la autorreferencia propone una escritura por fuera de los márgenes del costumbrismo minimalista que monopoliza la obesidad del mercado, acudiendo a artilugios prácticamente olvidados como la generosidad de la gramática castellana. Rescate que le permiten dar un salto de la crudeza a la ternura capaz de renovar el oxígeno de un ambiente enrarecido: “En algunos lugares del universo ciertos conjuntos de átomos generan calor, otros emiten polen, la retama florece, en Santa Fe alguien se enamora, en Dusseldorf un orquesta y un coro interpretan (...) Beethoven como ni siquiera él mismo lo imaginó, en Tucumán el 24 de septiembre el ejército anuncia haber dado muerte a nueve guerrilleros. El 25 muere en Tucumán Celia AP, y en Santiago del Estero hallan un cadáver NN ... El 26 muere Zulema ARW y dos supuestos guerrilleros en V. Ballester. Cerca de las Malvinas un pesquero noruego arponea una ballena. En Sidney alguien se olvida el reloj en la mesa de su amante. En Tokio alguien come fugu”.

Texto potente, de planos superpuestos, sirve a un manojo de estudiantes secundarios quinceañeros de aquel entonces, hijos de una burguesía acomodada de la zona norte, como un escenario abigarrado que encuentra a algunos donde querían estar, a otros en el peor lugar en el peor momento, a todos donde jamás se hubiesen podido imaginar que alguna vez estarían. Hay una historia, hasta el día de hoy.

 

(Jorge Pinedo *Reseña propuesta para Página/12 -y finalmente no publicada-en 2009)  

 

Pequeña lección de estética

No, yo no te pido ni mucho menos te digo que se la chupes,

lo único que tenés que hacer es dejar que él te la chupe a vos y entonces

                                   ¡bingo!

 ya figurás en la Nueva antología de jóvenes poetas latinoamericanos

 

Verano porteño

Cabalgata de los ricos y sus mucamas a Punta, de los no tan ricos a Mar del Plata, Necochea, Gesell, Piriápolis. Los pobres a cagarse de calor en Buenos Aires, los enfermos en los hospitales se quieren morir, el asfalto se pone blando, la radio recomienda comer cosas saladas y hervir el agua para los bebitos; se advierte contra los peligros de la diarrea estival.

 

A la nochecita, los travestis de Montserrat se pasean en pecho (o sea, en algunos casos en tetas), abanicándose con la revista Gente.

 

Los pibes de la villa Los Troncos no tienen mejor idea que bañarse en el río Reconquista.