Pablo Andrés Rial: “Escribir es un acto de rebeldía”

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    Pablo Andres Rial
ENTREVISTA LITERARIA

Pablo Andrés Rial: “Escribir es un acto de rebeldía”

12 Enero 2025

APU dialogó con Pablo Andrés Rial, oriundo de Longchamps, es poeta, dramaturgo y crítico literario. Actualmente es colaborador en revistas culturales en España, México y Argentina. Acaba de publicar Forzado a viajar en Paserios Ediciones, una editorial mexicana. Estará presentando su libro en diferentes ciudades y librerías de Mexico ( Librería de paso en Santa María la ribera, Estridente café, en San Rafael, en Toluca Estado de México, en Puebla).

Otras de sus obras son La casa de barro (Ediciones Arroyo) y Aves desplumadas (Ópera Editorial).

AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo fueron tus inicios?

Pablo Andrés Rial: Empecé con la escritura como un canal para sublimar algunas emociones, fue como una válvula de escape. Después, mi papá fue un gran lector, y en mi casa había muchos libros; fue inevitable la lectura en mí. Luego mi hermano me influenció en la poesía con la lectura de varios escritores. Desde chicos participábamos en diarios de la zona, publicando poemas.

APU: ¿Por qué "Forzar a viajar"? ¿Qué quiere decir?

P.R.: El título me surgió de alguna manera natural. Hay muchas situaciones en la vida que se sienten forzadas desde el punto de vista de que naces forzado y te pones a vivir. Por lo tanto, llamo a viajar en ese camino, sabiendo que hay todo un proceso de las cosas y que luego hay una finitud. Ese camino se siente forzado cuando hay ciertos trayectos no tan agradables, sinuosos o de desgracias. Entonces te sientes forzado porque hay que atravesar ciertas situaciones en las que no querías estar, y no te queda otra que hacerlo.
Este libro nació en un contexto de pandemia, en el cual mi padre falleció de COVID. Me vi en una situación hostil, cuestionando que somos seres mortales y la fragilidad de los seres humanos. Algunos poemas fueron previos, y otros surgieron luego de esta situación. Escribo de lo que vivo. La lectura de estos poemas no es tan pesimista como parece; tiene cuestiones esperanzadoras, incluso filosóficas.

APU: Muchos de tus poemas hablan de la existencia y de vivir el presente. ¿La poesía trasciende a la muerte?

P.A.: Escribir es un acto de rebeldía. Uno trasciende en la medida que sigue escribiendo, sabiendo que la finitud existe. Es algo compulsivo y una manera más de manifestación. Me rehúso a que haya un fin.

APU: ¿Por qué contar y escribir desde un lenguaje poético?

P.A.: Desde mi punto de vista como lector de poesía, me llaman la atención las poesías que no tienen tantos artificios. O sea, como decía Borges, la poesía no es algo que la persona que la lee tendría que imaginar hacia el futuro, sino que lo que tiene que hacer es revivir viejas emociones. Creo que la poesía debe ser un lenguaje lo más sencillo posible.
Si leo poesía y tengo que pensar demasiado, en el sentido de necesitar un diccionario, está bien, pero cuando se hace sin necesidad y parece barroco, no le veo el fin. Escribo desde lo sencillo, no en la búsqueda de adjetivos o sinónimos rebuscados; no le veo el motivo. Antes escribía con palabras más complejas, pero ahora no.

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Tapa libro Forzado a viajar

APU: ¿Cómo es tu trabajo para escribir poesía? ¿Es espontánea, creativa, cotidiana?

P.A.: Generalmente me surge una idea que asocio a algo o porque vi algo, y esto me lleva a una tercera situación. Siempre tiene que ver con la observación desde mi punto de vista, y esta observación se traduce en palabras que se transforman en verso. Tomo como fuente de inspiración los movimientos, los colores, las personas, la soledad, la naturaleza. Es afinar los sentidos de alguna manera.

APU: Tus poesías están atravesadas por la nostalgia, pero también por la descripción de lo urbano y de la naturaleza…

P.A.: Desde la naturaleza, si voy a un parque o jardín, me genera un despertar. La nostalgia también juega un papel importante; me evoca muchas emociones. Ahí es donde se mezcla el presente y se dispara a sensaciones que, en realidad, vienen de tiempos atrás. No sé si hay poesía que se construya hacia el futuro; creo que siempre está mirando al pasado. No creo en la poesía futurística.

APU: Escribir poesía a través de ChatGPT, ¿sirve?

P.A.: No sirve. El arte, cuando se considera arte, es cuando una persona manifiesta y materializa en algún tipo de emoción o inquietud sublime una obra, ya sea en pintura, escritura, etc. ¿El arte está ahí? ¿Es propio del ser humano? ¿O está en lo que genera en la persona que lo ve una vez que ya está producido? Hay todo un debate y problema. Desde mi punto de vista, está en ambas cosas.
Ahora bien, yo puedo escribir algo y a vos no te puede generar nada. Creo en el arte genuino, y lo importante es quién ha sido el creador. Por lo tanto, no considero que la inteligencia artificial haga arte, por lo menos hasta ahora. No veo a la IA como una competencia porque el ser humano tiene la necesidad constante de hacer arte. Sería una locura ponerse a la altura de una tecnología.

APU: ¿Cómo es el trato del mercado editorial para publicar poesía?

P.A.: En Buenos Aires no tuve buena respuesta de las editoriales para publicar poesía. Las primeras publicaciones las pagaba, y en un momento dije: "No quiero pagar más. De última, lo hago artesanal". Es muy frustrante porque primero hay un círculo, conexiones, redes, y a veces hay círculos semi cerrados donde es difícil entrar. Hay editoriales que ya trabajan con ciertos escritores y no te dan tantas chances.
Primero, es tener confianza en lo que uno hace porque hay muchísimas personas que escriben poesía. La poesía la considero como un trabajo que no te paga nadie; lo veo como un compromiso. Hay pocas editoriales que publican poesía; ya tienen un catálogo de escritores, y entrar en ese grupo es muy difícil desde mi experiencia.

APU: ¿Estás escribiendo un próximo libro?

P.A.: Sí, se llama Leonor y está casi terminado. Es un libro corto, una mezcla entre poesía y carta epistolar con mensajes entre dos personas. Me inspiró una señora llamada Leonor, una alumna muy sabia y cálida. La personifiqué; la hice parte de mi libro. La otra persona tiene un problema existencialista, baja los brazos a cada rato. La mujer sabia tiene cierta estabilidad, experiencia, rigurosidad. La otra, con su inexperiencia, forma con ella un relato poético.