Recomendación de amigo: Hombres del océano

Por Santiago Gómez – Desde Florianópolis

Esta película cuenta la historia de quienes se encuentran bajo el agua, de las personas que en las profundidades se buscan. Para quienes vieron “Azul profundo”, de Luc Besson, protagonizada por Jean Reno (“El perfecto asesino”), Jean-Marc Barr (“Europa”, de Lars von Trier y tantas otras del mismo director), esta película les contará acerca de Jaques Mayol y Enzo Maiorca, sobre la que se basó la película.

“Azul profundo”, cuya traducción debió ser “El gran azul”, cuenta la historia de la rivalidad entre Jaques Mayol, protagonizado por Barr, y Enzo Maiorca, caracterizado por Jean Reno, quienes fueron los dos primeros grandes apneistas. Mayol fue la primera persona en pasar los cien metros de profundidad con una bocanada. No murió en el mar, como deja interpretar el final de la película, sino que se ahorcó en el año 2001, la única forma de que pudiera morir ahogado.

"Hombres del océano" cuenta la historia de la apnea a partir una rivalidad más actual, que se dio en la década del noventa entre el italiano Umberto Pelizzari y el cubano radicado en Miami, Pipin Ferraras. Pelizzari marcaba un récord, Pipin iba detrás y lo superaba, y así fueron hasta pasar los ciento cincuenta metros. Ahí fue cuando Pelizzari decidió bajarse de esa loca carrera, ya que no solo se trataba de su vida, sino que además estaban en riesgo la vida de los buzos de apoyo, aquellos que acompañan el recorrido de quien busca el récord, respirando una mezcla de gases muy compleja. Pipin sabe lo que es que un miembro de tu equipo no salga a superficie. Uno no, dos.

Como en toda actividad, hay detrás una filosofía. En el buceo se expresa entre quienes están más preocupados por bajar que por la seguridad. En el ámbito deportivo esto se expresa entre quienes hacen cursos de cinco clases y quienes realizan los cursos de tres meses. En el caso de Pipin y Pelizzari, el primero carga ya con dos muertes que le valieron un juicio, la hipócrita crítica de sus compañeros de equipo, una vez sucedida la tragedia de su mujer, Audrey Mestre, a quien puede verse en la película.

Audrey estudiaba biología marina en México y practicaba el buceo deportivo, es decir, con tanques. Cuando conoció a Pipin, primero formó parte de su equipo de apoyo, hasta que comenzó a practicar apnea y competir, superando varios récords mundiales. Su muerte sucedió mientras intentaba superar el récord de los 171 mts de profundidad, a los cuales llegó, pero cuando fue a abrir el tanque de oxígeno para que se infle el globo que la sacara a superficie, el mismo no tenía aire. El buzo de apoyo pudo subirla hasta los 90mts, por cuestiones físicas no podría haberla subido hasta superficie sin morir él también; Pipín bajó a buscarla, para cuando subió ya no había nada para hacer ni quien lo hiciera, en vez de un médico en el bote había un dentista. Para quienes entienden inglés, hay en internet un documental hecho por ESPN en el que cuenta la historia y adelanta la película que James Cameron filmó sobre esta historia. Aviso que en las imágenes se ve el desesperante momento de su muerte.

El buceo es un deporte de riesgo, pero de los que menos riesgo tiene. Tan sólo se trata de respetar el agua, conocer ciertas leyes de la física y no saltear ninguna de las medidas de prevención existentes.

La película de hoy trata de quienes buscan en lo profundo conscientes de la posibilidad de no volver.