Cinco marchas en 18 días
Por José Cornejo*. Foto de Manuel Fernández.
Ya 2016 fue un año movidito. El apoyo a CFK cuando fue a declarar a Comodoro Py (14 de abril), la CGT en Azopardo (30 de abril), San Cayetano (7 de agosto), la Marcha Federal de la CTA (2 de septiembre) y la protesta conjunta de la CGT con organizaciones sociales (18 de noviembre). Haciendo especulaciones muy conservadoras, en cada una hubo al menos 50 mil manifestantes.
Pero solamente en los 18 días que van del 6 de marzo hasta el aniversario del golpe militar hubo la misma cantidad de movilizaciones. Aquel 6 al mediodía fue la marcha docente al Congreso, con previa en Comodoro Py por las declaraciones de Florencia y Máximo Kirchner. El 7, la multitudinaria marcha de la CGT que finalizó en la toma del escenario. El grand finale obligó al triunvirato a obedecer al Confederal y llamar a paro general. El 8, el paro internacional de las mujeres, que tenía como antecedente inmediato un “tetazo” en el Obelisco. Hubo dos semanas de descanso en Plaza de Mayo y el 22 llegaron las columnas de la Marcha Educativa Federal. Obviamente, venían concientizando el Interior. Y por fin, recupere la respiración lector, la conmemoración del inicio de la última dictadura.
No agrego al sumario el recital del “Indio” Solari en Olavarría. Esto, a pesar que el intendente Galli, funcionarios de la gobernadora Vidal y la agencia de noticias oficial Télam se encargaron de kirchnerizar la supuesta masacre. Ni el paro general de la CGT del 6 de abril. Diversos sectores runrunean movilización y fracciones de izquierda harán cortes y piquetes. El paro activo está en el horizonte de posibilidades.
Los 100 minutos de entrevista a Mirtha Legrand a Mauricio Macri representan una pieza histórica del periodismo, como lo definió el colega Manuel Izraelson y lo analizó el también colega Santiago Gómez. Entre muchos reclamos, la diva le transmite al presidente su preocupación por los piqueteros de pañuelos en la cara y palos: “Esto no atrae inversiones, presidente”. Es la voz del establishment, del círculo rojo, que le está diciendo algo así: “A vos te pusimos para que aumentes la tasa de rentabilidad, bajando salarios. ¿Cómo carajo pensás hacerlo con toda esta gente en la calle?”
Si los números pueden anticipar tendencias, se pueden asegurar dos cosas. La primera, que la efervescencia callejera tiene combustible para rato. Oxigenada por la crisis económica, claro está. Y la segunda, más preocupante, es que el gobierno no se va a quedar de brazos cruzados. Va a intentar el muy adelantado bluff de una marcha de apoyo, del sí (posiblemente el 1 de abril). Fracasada la intentona, va a continuar potenciando la faz represiva. Se vio a la policía en escaramuzas con protestas de la CTEP en Puente Puyerredón y Salta, la semana pasada. Y quizás más grave, las razzias luego del paro femenino.
Siempre está la posibilidad de un giro copernicano en el modelo económico. Pero no hay ningún número que pueda augurar esta tendencia.
* Director Agencia Paco Urondo