Libertarios eran los de antes…, por Adelqui Del Do
Por Adelqui Del Do
"Cualquiera que sea la libertad por la que luchamos, debe ser una libertad basada en la igualdad” Judith Butler
Nos encontramos en un momento histórico complejo, algunos arriesgan inédito. La pandemia vino a marcar un antes y un después en la cotidianidad de millones de personas, incluso hubo intelectuales que apuntaron a un posible cambio social: la pandemia nos iba a humanizar, un espíritu de comunidad nos embargaría e imperaría la solidaridad.
Podemos observar que nada de eso sucedió, más bien todo lo contrario; concentración de vacunas en pocos países, mayor desigualdad económica y en torno a lo político, las derechas radicalizadas avanzaron en todo el mundo. En nuestro país asumieron el nombre de “libertarios”.
Es interesante destacar que nuestro país tiene una interesante tradición e historia de libertarios. A principio del siglo XX, Argentina fue tierra fértil para las ideas de libertad. El movimiento anarquista se desarrolló a lo largo y ancho de nuestro territorio.
Al igual que quienes se asumen libertarios actualmente, combatían al Estado, pero a diferencia (¡menuda diferencia!) de los de hoy, lo hacían en nombre de una sociedad sin clases, sin patrón y con un horizonte de igualdad comunitaria.
Podemos ejemplificarlo con tres hechos significativos de nuestra historia:
- El anarco sindicalismo, se nucleó en la Federación Obrera Regional Argentina (FORA), sindicato revolucionario de intensa acción gremial que fue protagonista de numerosas reivindicaciones y huelgas.
Su poder de fuego fue importante, como relata Abad de Santillán (1930), en agosto de 1907, ante el aumento de los alquileres, los inquilinos se declararon en huelga y tomaron la decisión de no pagar. Se trató de un enorme movimiento en el que participaron más de 140.000 personas en 2400 conventillos de Buenos Aires, Rosario y Bahía Blanca. La FORA logró organizar el movimiento creando comités y subcomités en todos los barrios. La huelga duró tres meses y finalmente muchos propietarios aceptaron mantener los alquileres sin aumentos. También fueron protagonistas de la semana trágica de 1918 a partir de la huelga de obreros en los talleres metalúrgicos Vasena, por citar dos hechos relevantes.
- Severino Di Giovanni, el anarquista expropiador, enemigo público durante años. Osvaldo Bayer le escribió una completa biografía: “El Idealista de la Violencia”, y Roberto Arlt narró, en un conmovedor relato: “He visto morir…”, sus últimos momentos de vida antes de ser fusilado por la dictadura de Uriburu.
Di Giovanni se encargaba de hacer asaltos para conseguir dinero e imprimir sus publicaciones para la edición de libros anarquistas y para mantener a familias pobres de presos políticos de ideología libertaria. Sin duda, fue una figura polémica e incluso cuestionada dentro de su propio movimiento.
Juan Domingo Perón en 1971 escribió sobre Severino Di Giovanni: “Siempre he pensado que, así como no nace el hombre que escape a su destino, no debiera nacer quien no tenga una causa por la cual luchar, justificando su paso por la vida. Di Giovanni fue un idealista, equivocado o no, y es respetable para los que luchamos por una causa que tampoco podemos saber si es la verdad.”
- Los fusilamientos de obreros rurales en la Patagonia (La Patagonia Rebelde), tal vez el hecho más recordado y presente que tuvo como protagonista a anarquistas. Osvaldo Bayer con su enorme investigación, y Héctor Olivera con su película contribuyeron a mantener la memoria.
Los trabajadores patagónicos reclamaban un sueldo mínimo de 100 pesos, comida en buen estado, dignas condiciones de higiene, velas para alumbrar en la noche y que las instrucciones de los botiquines sanitarios estuvieran en español en lugar de inglés.
Se estima que 1500 huelguistas fueron fusilados, el presidente del país era don Hipólito Irigoyen. La bancada radical del Congreso Nacional no permitió la intervención de una Comisión Investigadora para estudiar los acontecimientos.
Claramente no es la tradición en la que se inscriben los actuales libertarios, aunque uno de sus líderes suele reivindicarse como “anarco capitalista”. Si hay algo que tienen en común todas las vertientes anarquistas (que son muchas) es el anticapitalismo. Tampoco ningún anarquista hubiera asumido a una banca como diputado.
Por eso es necesaria la pregunta de cómo las palabras libertad y anarquismo termina en boca de anti derechos que reivindican la dictadura, niegan la pandemia, desprecian la cultura popular y fundamentalmente odian los gobiernos populares. Cultores de un capitalismo voraz y un individualismo extremo, con análisis políticos donde Alberto Fernández es “maoísta” y Rodriguez Larreta “comunista”.
¿Cómo se ha llegado hasta acá? ¿Han trastocado la palabra libertad? ¿Ha cambiado su significado? ¿O La libertad se ha transformado en un significante vacío?
Preguntas para las cuales no tengo respuestas, pero como reza el tango, libertarios eran los de antes…
* Lic. Adelqui Del Do. Psicoanalista. Docente de Grado y Posgrado. Consejero Directivo por la Minoría del Claustro de Graduados de la Facultad de Psicología (UBA).